Con amor, pase lo que pase

Hoy como en aquella época, en su tiempo sobre la tierra, Jesucristo ve el sufrimiento de los hombres. «Él ve a muchas almas agotadas, desvalidas, dispersadas, como ovejas sin pastor, indefensas y vulnerables», dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 29 de octubre de 2017 en Dublín (Irlanda). «Jesús las ve a todas y las quiere salvar, Él trabaja en su redención».

«El plan de Dios es que todos los hombres en la nueva creación puedan tener comunión con él». ¿Es esto un hermoso sueño o una promesa para que todos los hombres olviden sus sufrimientos por un momento? «¡No! ¡Aquí habla Dios, nadie más!», dijo el principal dirigente de la Iglesia aludiendo al texto bíblico de Apocalipsis 21:6-7.

Y me dijo: Hecho está. «Dios trasciende el tiempo. Para Él todo es presente», explicó el Apóstol Mayor. «Su palabra ya se cumplió. Sólo que no podemos verlo aún, pues nosotros estamos ligados al tiempo».

Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida . Esta «es una imagen del Espíritu Santo. Él nos prepara para la eterna comunión con Dios»: por la palabra de Dios, por el Bautismo con Agua y Espíritu, por la Santa Cena.

Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. «No nos la podemos ganar. Pero el anhelo por tenerla debe estar. Dios no obliga a nadie. El hombre debe decidirse a conciencia: Sí, deseo ser redimido, sí, tengo fe».

El que venciere heredará todas las cosas. «Un simple ‘sí’ sin este decidido anhelo, este fuerte deseo, no alcanza. Esta voluntad, esta decisión, se expresa con concepto de vencer». Debemos vencer todo lo que nos separa de Dios:

• Preocupaciones: «Naturalmente, debemos ocuparnos de nuestra vida. Pero no olvidemos que nuestra prioridad debe ser: Queremos estar con el Señor».
• Pecado: «Cuando está el fuerte deseo y la voluntad, entonces no es un problema vencer el pecado».
• Orgullo: «Como tenemos el deseo de tener comunión con Dios, perdonamos a nuestro prójimo. Esto significa: Queremos que nuestro prójimo reciba lo mismo de nosotros, el regalo de la gracia».
• Sufrimiento: «Cuando tenemos que pasar por circunstancias difíciles, quedamos en la fe porque nuestro deseo de estar con Jesús es más fuerte que toda necesidad».

Y yo seré su Dios, y él sera mi hijo. Esto «es una imagen de la comunión con Dios», explicó el Apóstol Mayor. «Jesús quisiera salvar a todas las almas aquí y en el más allá. Para ello nos ha llamado para ser sus testigos, para colaborar en esta tarea».

«¿Cómo podemos ayudar a Jesús? Siendo orientadores en el camino para las almas. Nuestra tarea es indicar a la fuente y motivar a beber de ella». Pero, «esto no se logra si intentamos convencer con argumentos». Sino que «a través de cuán decididos estamos, a través de cómo vencemos, damos testimonio de lo valiosa que es para nosotros la vida eterna».

Y esto significa, acentúa el Apóstol Mayor Schneider: «Pase lo que pase, amemos a Dios. Pase lo que pase, amemos a nuestro prójimo. Debemos aprender a amar como ama Dios».