“¡Confiad en el don del Espíritu Santo!”. Esto es lo que pidió el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en el Servicio Divino central de Pentecostés 2023 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Porque así los creyentes están equipados con todo lo necesario para alcanzar su meta.
¿Cuál es esta meta? La comunión eterna con Dios, dejó claro el dirigente de la Iglesia. Para hacer accesible esta meta, Dios vino a la tierra como hombre e hizo el sacrificio. Desde los acontecimientos de Pentecostés, el Espíritu Santo sigue realizando su trabajo “en la Iglesia”.
Para alcanzar la meta, los creyentes deben llegar a ser como Jesucristo. “¿Y quién es Jesucristo? Es el que sirve y el que ama. Esa es la razón por la que debemos amar y servir. No porque Dios necesite nuestra ayuda, no, no la necesita. Sino porque queremos llegar a ser como Jesucristo”.
El Espíritu de cobardía
Sin embargo, a muchos les resulta difícil servir, anunciar el Evangelio, garantizar el perdón de los pecados y la celebración de los Sacramentos. Las personas de hoy ya no se interesan por la fe, dicen a menudo. Y otros piensan que son demasiado débiles para cumplir semejante tarea.
El Apóstol Mayor Schneider se opuso a tales dichos con la triple respuesta de la palabra bíblica para este Servicio Divino: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7):
El Espíritu de poder
Timidez, temor, miedo: estos son los términos que otras traducciones de la Biblia utilizan para referirse a la cobardía. Según el Apóstol Mayor, todos ellos quieren decir: “No sientas temor ni retrocedas ante tu encargo. Cree que Dios te ha capacitado para servir como lo hizo Jesús. Confía en el don del Espíritu Santo”, expresó haciendo referencia al Sacramento del Santo Sellamiento.
“El Espíritu Santo es el Espíritu de poder. Y la Iglesia no es obra de los seres humanos, es obra del Espíritu Santo. Nada puede impedir que cumpla su misión. Si el Espíritu mora en ti, entonces puedes hacer lo que es imposible para los seres humanos. Lo que hagas en el Espíritu Santo nunca habrá sido en vano”.
El Espíritu de amor
“El amor de Dios es mucho más que un sentimiento, es un fuerte compromiso de uno mismo y una energía de sacrificio. Este amor fue derramado en nuestros corazones a través del Sellamiento”, subrayó el Apóstol Mayor. “Derramado” significa: “no solo unas gotas”, sino que “llena todo el ser”. Dios nos ha dado el máximo de amor que podemos recibir.
“Eso nos hace fuertes”. Porque “cuando nos damos cuenta de esto, respondemos con gratitud. No servimos por obligación, sino por amor y gratitud”. Y así la imagen de uno mismo tampoco depende ya de las reacciones de las personas, del reconocimiento o del éxito. “Servimos simplemente porque deseamos contribuir a la salvación de los demás”.
El Espíritu de dominio propio
Dominio propio, sabiduría, autocontrol. El Apóstol Mayor dijo que así es cómo el tercer atributo del Espíritu está traducido en diferentes versiones de la Biblia. “Esto nos ayuda a no tener una alta valoración de nosotros mismos” explicó. “No se trata de mí. Nosotros somos simplemente herramientas. En verdad, el trabajo es realizado por Dios”.
El dominio propio significa aquí: “Trata a tu prójimo como quieres que te traten a ti”. Y sabiduría significa la sabiduría para discernir espíritus: “Si algo causa amor, paz y alegría, viene del Espíritu Santo”.
“En pocas palabras”, concluyó el Apóstol Mayor Schneider, “nuestra meta es la comunión eterna con Dios. Para alcanzarla, debemos llegar a ser como Jesucristo. Él es el que ama y el que sirve. También podemos hacerlo nosotros porque nos ha sido dispensado el Espíritu Santo. Solo tenemos que querer hacerlo”.