Es claro, del ministerio de Apóstol provienen los dones espirituales. Pero la comunidad no sólo tiene que recibir, sino que también puede dar. Cómo la comunión puede convertirse en una fuente de fuerzas, lo señala el Apóstol Mayor en un Servicio Divino.
«Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí». De Romanos 1:11-12 fue tomado el texto bíblico para el Servicio Divino del 20 de noviembre de 2016 en Hilversum (Países Bajos).
«Esta es una muy buena descripción de la relación que hay entre la comunidad y el Apóstol», explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. «El Apóstol da y recibe, la comunidad recibe del Apóstol y da».
Los dones dados a la comunidad
«Lo que la comunidad espera del ministerio de Apóstol y de los hermanos oficiantes son dones espirituales, aquello que proviene de Dios. El hombre es sólo una herramienta, él como persona no tiene importancia alguna. Lo que viene de Dios, eso es lo importante», enfatizó y preguntó: «¿Qué dones son esos?». Como respuesta mencionó las siguientes autoridades:
- El proclamar el Evangelio: «Esta seguridad absoluta: ¡Dios es amor! ¡Dios es gracia! ¡Dios es fiel! Jesucristo viene otra vez. Este es el don del Evangelio».
- El interpretar el Evangelio: «El Apóstol sólo puede predicar basado en lo que dice la Biblia. Pero su encargo es transferir esta palabra al presente y decirle a la comunidad cómo se pone por obra el Evangelio en la actualidad».
- El anunciar el perdón de los pecados : «Si cumplo con las condiciones ‒confesión, arrepentimiento, disposición al perdón‒ y después escucho el perdón de los pecados, es como si Jesucristo mismo me dijese: Ahora tus pecados te son perdonados».
- El celebrar la Santa Cena: «Donde está activo el ministerio de Apóstol se lleva a cabo la Santa Cena como Sacramento, la comunidad puede experimentar en el festejo de la Santa Cena la más estrecha comunión con Jesucristo».
- El dispensar la bendición trinitaria: «La triple bendición al final del Servicio Divino no es sólo un dicho, sino que es un compromiso que contrae el trino Dios. Él mismo le dice a la comunidad: Yo estaré con vosotros».
Los dones dados por la comunidad
«Esto es lo que un Apóstol trae a la comunidad», dijo el Apóstol Mayor. Al mismo tiempo, todos los creyentes, incluyendo el Apóstol y los portadores de ministerio, pueden tomar fuerzas de la comunidad:
- La confesión: «Para mí es una fuente de fuerzas cuando escucho y veo cómo ayudó Dios, cuánta gracia tuvo Dios, qué fiel Él es. Extraigamos fuerzas de la adoración, del agradecimiento y de la alegría de la comunidad».
- El ejemplo: «Tenemos hermanos cuya fe es tan grande que ellos son una fuente de fuerzas. Tenemos grandes ejemplos en la comunidad, y a veces son niños pequeños».
- El amor: «Allí donde hay verdadera fe, esta se vuelve activa en el amor. Es una fuente de fuerzas cuando se puede experimentar el amor en el círculo de los hermanos».
- La oración: «Simplemente reunámonos y oremos juntos para decirle a Dios: ‘Esto es muy, muy importante para nosotros, y oramos por tu ayuda’. Esas oraciones conjuntas significan una fuerza muy grande, una confortación enorme».
- El perdonar: «Cuando experimento que los hermanos, las hermanas me han perdonado, me aceptan así como soy, a pesar de mis imperfecciones, esto es una fuente de fuerzas y de confortación».
«Estoy muy agradecido al amado Dios porque puedo pertenecer a una comunidad así», dijo el Apóstol Mayor Schneider para terminar: «Sigamos confirmando y confortando cada uno al otro».