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Construyendo un puente entre el adentro y el afuera

marzo 14, 2018

Autor: Andreas Rother

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¿Quién está adentro y quién, afuera? «No perdamos tiempo en reflexionar sobre esto», dice el Apóstol Mayor. Hay otras preguntas que son decisivas: ¿Qué hay adentro? ¿Y cómo esto llega hacia afuera?

«Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno». En torno a este texto bíblico de Colosenses 4:5-6 giró el Servicio Divino del 25 de febrero de 2018 en Dieburg (Alemania).

Adentro y afuera, por definición

Cuando se habla de «adentro» y de «afuera», no se trata naturalmente de «los nuevoapostólicos» y «los otros», dejó claro el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. «En el Catecismo está claramente definido de qué se trata: de la Iglesia de Cristo. No es la Iglesia Nueva Apostólica. Tampoco es la suma de las Iglesias Católica, Ortodoxa, Evangélica y Nueva Apostólica».

«La Iglesia de Cristo, así se la define en la cristiandad, es la comunión de los bautizados que creen en Jesucristo y se confiesan a Él como su Señor». Sólo bajo esta luz hay que considerar quién está adentro y quién, afuera. «Cuando uno no está bautizado, es fácil darse cuenta, pero de lo contrario hay que ser cuidadosos». Pues, «sólo Dios puede estimar la sinceridad de la fe de cada uno».

La sabiduría del andar

«Podemos comprobar que en todo el mundo hay muchos que están afuera sólo porque ya no creen en Jesucristo», dijo el máximo dirigente de la Iglesia. «Ahora viene nuestro texto bíblico: ‘Andad sabiamente para con los de afuera’. ¿Qué es esta sabiduría? Enumeremos algunos de sus aspectos».

  • No dejarse volver inseguros: «El hecho de que la doctrina de Jesucristo ya no encuentre consenso, no pone en duda la verdad del Evangelio. El hecho de que muchas personas crean que no necesitan la comunión de los creyentes, no pone en duda la importancia salvífica de la Iglesia de Cristo. Jesús dijo: ‘Mi palabra es válida eternamente, las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo'».
  • No dejarse influenciar: «Hemos reconocido la verdad del Evangelio, seguimos el Evangelio y obramos conforme a la voluntad de Dios. La cantidad de los que le son fieles, no ejerce influencia alguna sobre nuestra fidelidad».
  • No considerar a «los de afuera» como enemigos: «Aunque hoy muchas personas estén afuera de la Iglesia de Cristo, Dios no los ve como adversarios. Jesucristo los quiere ganar para Él por medio de su amor. Es la vocación de la Iglesia de Cristo brindarles la oportunidad de experimentar este amor y conocer a Jesucristo».
  • Sentar señales en el sentir de Cristo: «En la Iglesia de Cristo, los hombres están al servicio de Jesucristo. Se tratan unos a otros con amor, se fortalecen mutuamente, se sirven mutuamente con sus dones, son solidarios, son un cuerpo: el cuerpo de Cristo. Esta es la señal por la que se puede reconocer la actividad del Espíritu Santo».
  • Hacer por otros lo que esperamos que se haga por nosotros: «No tratamos a los de afuera así como ellos nos tratan. Los tratamos igual que Jesucristo nos trata a nosotros».

La amabilidad del hablar

«No miramos a los demás ‘desde arriba'», resaltó el Apóstol Mayor Schneider. Pues, «sabemos exactamente que estamos aquí por gracia, no somos mejores que los demás; estemos adentro o afuera, sólo vivimos por la gracia de Jesucristo».

«En la vida normal mantengamos conversaciones totalmente normales», dijo al final. «Pero sazonémoslas con la sal del Evangelio para que las personas noten que tenemos una experiencia especial, que tenemos una confianza especial, una alegría especial. ¡Esto atrae!».

La conclusión del Apóstol Mayor: «No perdamos tiempo en reflexionar quién está adentro y quién, afuera. Esforcémonos en tener esa sabiduría, en hablar así como hemos escuchado. Esto ejerce una influencia positiva en los que están afuera y les ayudará a encontrar el camino a Jesús o el camino de vuelta a Jesús. Esta es nuestra tarea».

marzo 14, 2018

Autor: Andreas Rother

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