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Contribuir a la solución conjunta

junio 23, 2018

Autor: Peter Johanning

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Los desafíos son claros, los objetivos están trazados. Pero, ¿qué recursos se necesitan para afrontarlo? ¿Y qué es distinto hoy a como era antes? La última parte de la entrevista al Apóstol Mayor brinda percepciones de cómo se prepara la Iglesia para el futuro.

La Iglesia tiene muchos desafíos, enfrenta grandes tareas. ¿Cómo los sostiene financieramente?

Desde hace bastante tiempo hemos estado llevando a cabo una investigación exhaustiva de nuestras finanzas en todo el mundo. Estamos decididos a optimizar nuestro funcionamiento para reducir costos. Siempre que es posible, por ejemplo, amalgamamos los departamentos de las administraciones de la Iglesia.

Asimismo, hemos adaptado nuestra política de construcción de iglesias: en África, por ejemplo, ya no construimos iglesias importantes cuyos costos de mantenimiento difícilmente serían asequibles para las generaciones futuras. En otras regiones, estamos ajustando el número de iglesias y las localizaciones de las comunidades a nuestras necesidades actuales. Después de todo, la construcción y el mantenimiento son cada vez más caros en todas partes del mundo.

Las Iglesias regionales europeas y norteamericanas son las Iglesias donantes. Subvencionan a la mayoría de las comunidades de todo el mundo. ¿Cómo se desarrollará esto?

Bien, espero. Sin embargo, a diferencia del pasado, queremos hacer que los subsidios a las Iglesias regionales locales financieramente no autosustentables estén más bien orientados a los proyectos. Las Iglesias regionales donantes, más fuertes financieramente, deberían financiar proyectos claramente definidos en lugar de realizar contribuciones globales.

Incluso si en algunos países la independencia financiera no fuese previsible en el mediano plazo, debemos continuar con nuestros esfuerzos para ajustar los gastos locales a los ingresos.

Pero la Iglesia Nueva Apostólica también es una “Iglesia del ministerio”. En ella, el ministerio desempeña un papel esencial. ¿Existen consideraciones estratégicas fundamentales para su desarrollo en el futuro?

Sí. Actualmente, los Apóstoles están reflexionando sobre una nueva organización dentro de la jerarquía ministerial de la Iglesia. Nuestros objetivos son:

  • Definir nuestra interpretación del “ministerio” basándonos en el fundamento bíblico sin quedar atrapados en concepciones que tienen que ver más con la tradición que con la exégesis en sí.
  • Hacer una clara distinción entre el ejercicio de la autoridad ministerial dada por Dios durante la ordenación, y las responsabilidades de la organización.
  • Revalorizar las competencias de los creyentes independientemente del ministerio.
  • Adaptar nuestra estructura a las necesidades actuales haciéndola más eficiente, más comprensible y más flexible.
  • Generalizar la capacitación/el perfeccionamiento.
  • Y, en términos más generales, poner más énfasis en la noción de “servicio/servir”.

La estrecha relación con el Evangelio es parte de su autoridad espiritual como Director de la Iglesia. Como Apóstol Mayor, usted también es el máximo representante de su Iglesia.

Una de las tareas del Apóstol Mayor es establecer el orden de la Iglesia y, en consecuencia, adaptar la estructura y organización de la Iglesia a las necesidades actuales.

¿Tiene usted ideas concretas al respecto?

En el mundo actual, es inconcebible que una Iglesia global como la nuestra sea dirigida por un solo hombre autosuficiente. Las decisiones deben tomarse en forma más bien colegial. Al igual que mis predecesores, considero de gran importancia lograr que la asamblea de Apóstoles de Distrito sea un verdadero órgano de conducción de la Iglesia. Cada participante debe poder hablar libremente y contribuir al desarrollo de una solución común. Hemos logrado mucho y estoy muy satisfecho.

Esto todavía suena a un «pero» …

Por supuesto, por otra parte, un liderazgo colegiado necesita ciertas reglas. Como por ejemplo el número de Apóstoles de Distrito. No se puede dirigir la Iglesia con un panel de 50 Apóstoles de Distrito. Si los Apóstoles de Distrito deben participar plenamente en la dirección de la Iglesia, su número no debería ser demasiado grande. Por eso, por ejemplo, en Europa hemos comenzado a reducir el número de Apóstoles de Distrito. Paralelamente, hemos establecido un grupo coordinador y un comité de finanzas. Estos están formados por varios Apóstoles de Distrito que actúan en nombre de la asamblea de Apóstoles de Distrito y ayudan al Apóstol Mayor en su tarea.

¿Esto es válido sólo para el nivel de conducción internacional?

Mientras tanto, también hay tales iniciativas en las Iglesias regionales. En los últimos años, el papel y el poder de decisión de los órganos de conducción y de control (Directorio, Asamblea Nacional, etc.) se han definido claramente y, dado el caso, se han fortalecido. En algunas comunidades se han establecido comités de la comunidad y los miembros de estos comités están involucrados en la organización de ciertas actividades de la comunidad.

Tales soluciones probablemente se desarrollarán y multiplicarán en el futuro.

Muchas preguntas, aún más respuestas. No obstante, en la entrevista quedan algunos temas pendientes. Claro, después de todo se trata del futuro. El próximo sábado, nac.today sintetizará los enunciados más interesantes y significativos, y mostrará los puntos centrales.

Foto: Alex Ferguson

junio 23, 2018

Autor: Peter Johanning

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