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Creer que Dios actúa

febrero 21, 2024

Autor: Katrin Löwen

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La mano de Dios es poderosa: crea, protege y da. Quien lo desee puede permanecer de y en la mano de Dios en todo momento. El Apóstol Mayor explicó en el Servicio Divino de Fin de Año cómo sucede y qué debemos hacer.

El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró su último Servicio Divino de 2023 el 31 de diciembre en Tubinga (Alemania). Una vez más recordó el lema de 2023 “Servir y reinar con Cristo”: “Este año llega a su fin, pero todos estamos de acuerdo en que seguiremos sirviendo al Señor”, dijo el máximo dirigente de la Iglesia internacional.

El Servicio Divino se basó en el pasaje bíblico de Salmos 123:1-2: “A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros”.

Buscar protección bajo la mano de Dios

Dios lo ha creado todo: “Al final de este año, con todo lo que hemos vivido, miremos primero a la mano, a la obra del Creador”. Es el Dios todopoderoso que lo ha creado todo. “Él cuida de su creación. La preserva. La protege; y seguirá haciéndolo”.

Dios protege a los suyos: “Lo hemos experimentado de muchas maneras diferentes este año, que Dios ha cuidado de nosotros”. Es humano hablar a menudo solo de las cosas negativas que han sucedido. “Y es tan fácil olvidar los momentos en los que Dios hizo un milagro grande o pequeño, y simplemente intervino y cambió las cosas. Nos dijo: ‘Todavía estoy aquí, todavía puedo ayudar. Mi mano no se ha acortado. Puedo hacer posible lo imposible’”.

Dios cuida de sus hijos: “Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas” (Salmos 147:3). En el último año han sucedido muchas cosas que necesitan consuelo. Incluso como Apóstol Mayor, él no siempre comprende a Dios. Solo se puede confiar en Dios. “Él es el Salvador. Quiere salvar a los seres humanos con su mano poderosa”.

Permanecer en la mano de Dios

El Apóstol Mayor recordó: “La poderosa mano de Dios liberó al pueblo de Israel de Egipto, redimió a Jesucristo de la muerte y también salvará a la novia de Cristo de la muerte y la conducirá a la nueva creación. Debemos creer en esta mano. Debemos creer que Dios sigue actuando, que su mano sigue siendo poderosa y que llevará a cabo su plan de redención y lo cumplirá”.

Por lo tanto, podemos permanecer en la mano de Dios con confianza, lo cual es, sin embargo, nuestra propia decisión: “Nadie puede arrebatarnos de la mano del Salvador. Esa es solo nuestra decisión. Quien quiere permanecer de la mano de Dios, puede permanecer de la mano de Dios. Aunque sea agotador, no es culpa del diablo si uno es engañado, es tu propia decisión”.

Tomar de la mano de Dios

“¡Oh, siempre maná y más maná!”. En algún momento en el desierto, el pueblo de Israel se hartó de las dádivas de Dios, a pesar de que eran esenciales para la supervivencia. Hoy, Dios ofrece su Evangelio, que es necesario para la salvación, pero siempre es el mismo. Algunos dicen: “Es tan aburrido que ya no encaja en nuestro tiempo”.

Pero el Apóstol Mayor tenía un consejo: “Si realmente lees el Evangelio, es decir, las enseñanzas de Cristo, de forma intensiva y lo estudias y dices: ‘¿Y ahora qué tengo que hacer?’, se va poniendo interesante”. El Señor Jesús dijo muchas cosas, también para la vida cotidiana. “Y si realmente uno quiere ponerlas en práctica, entonces se da cuenta: ‘¡Esto es un desafío, no es nada aburrido!’. Sigamos tomando, estemos satisfechos con lo que nos da la mano de Dios, es decir, el Evangelio de Jesucristo”.

Ser herramientas en la mano de Dios

El texto bíblico habla de siervos y siervas. “Y eso también se aplica a nosotros. Hemos sido llamados, elegidos, bautizados y sellados para servir al Señor”, dijo el Apóstol Mayor. “No lo olvidemos, aunque tengamos un lema diferente para el nuevo año”.

A través del Espíritu Santo, Dios dice a sus hijos: “Debemos hacer el bien a nuestro prójimo. Debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”. A veces no siempre reconocemos el bien que podemos hacer. “Seamos también un poco más sensibles cuando el amado Dios nos muestra lo que tenemos que hacer ahora. Él nos toma en su mano”.

“Ya véis lo emocionante que se pone cuando uno quiere poner por obra el Evangelio de una manera muy práctica y concreta”, dijo el dirigente de la Iglesia internacional al final de su prédica. “La mano de Dios nos moldea. Mediante el obrar del Espíritu Santo, nos moldea para que lleguemos a ser semejantes a Jesucristo”. Utilizó la imagen del alfarero: “Echa la vista atrás al último año y mira todo lo que ha pasado desde la perspectiva de que Dios ha querido moldearme. Yo soy el barro y Él es el alfarero. Todo lo que ha pasado, todo lo que Dios me ha permitido hacer, todo aquello por lo que he tenido que pasar, forma parte de este proceso. Quería ayudarme a comportarme como Jesucristo, a reaccionar como Jesucristo”. Y al final, hizo la pregunta: “¿Te das cuenta de que aún hay formas de adaptarse?”.

febrero 21, 2024

Autor: Katrin Löwen

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