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Cuando el viento sopla sobre el fuego

mayo 27, 2020

Autor: Peter Johanning

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¿Qué pasa cuando el viento sopla sobre el fuego? Una llama débil se extingue, la fuerte se aviva. Así dice un proverbio francés que el Apóstol Mayor usó en una de sus prédicas sobre el tema del temor a Dios.

Durante la pandemia del coronavirus, no son posibles los Servicios Divinos locales habituales. Por eso, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider utiliza la ya bien aceptada posibilidad de un Servicio Divino en vivo a través de Internet. El 3 de mayo de 2020 el Servicio Divino fue en Estrasburgo (Francia). El máximo responsable de la Iglesia predicó en francés sobre el texto bíblico de Salmos 103:11: “Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen”.

El temor a Dios produce agradecimiento

Se trata entonces del temor a Dios, para muchos un tema difícil e incomprensible. Sin embargo, en el contexto cristiano este término bíblico se utiliza a menudo. Describe la actitud del hombre ante Dios. En su prédica, el Apóstol Mayor llega a la conclusión de que Dios bendice a los que le temen. “El temor a Dios es esencial para poder disfrutar plenamente de la gracia de Dios”, escribe en el corazón de los participantes del Servicio Divino, ya que quien teme a Dios está agradecido por todos los beneficios que le concede. El Apóstol Mayor cita a tres como ejemplos:

  • El sacrificio de Jesucristo y la salvación que brinda.
  • El tesoro que está presente en los Servicios Divinos, la Santa Cena y en la comunión fraternal.
  • La bondad que nos atestigua en nuestra vida diaria. “¡Más que nunca, nos damos cuenta de que debemos todo lo que tenemos a su misericordia!”.

El temor a Dios requiere humildad

El temor a Dios, dice el Apóstol Mayor, tiene algo que ver con la humildad: “Cuando Pedro se dio cuenta del poder de Jesús, cayó de rodillas ante Él. Cuando Tomás se encontró con el Resucitado, exclamó: ‘Señor mío, y Dios mío!’”. Fiel a la enseñanza del Evangelio, el hombre se vuelve a Dios como a un Padre y ve en Jesucristo un amigo, “pero esta cercanía no debería hacernos olvidar la majestuosidad de Dios”.

Así, la actual crisis del coronavirus, en la que no es posible el festejo de la Santa Cena, nos recuerda que es Dios y no el hombre el que provoca el encuentro entre Dios y el hombre. “Solo porque planeemos un Servicio Divino en el que se celebre la Santa Cena, no significa que logremos realizarlo”.

El Apóstol Pablo también se refirió al temor a Dios. Escribió a los filipenses que debían ocuparse de su salvación “con temor y temblor”. Pero lo que hay que entender correctamente es que: “Dios no quiere que sintamos miedo ante Él o que entremos en pánico ante la idea de ser rechazados por Él. Simplemente espera que permanezcamos humildes y seamos conscientes de que debemos nuestra salvación solo a su misericordia”.

El temor a Dios trae confianza en Dios

El Apóstol Mayor objetó que nuestro temor a Dios se muestra en la confianza que depositamos en Dios. “No siempre entendemos lo que Dios hace, pero sabemos que nunca actúa arbitrariamente. Fiel a su palabra, hace todo lo que promete. Confiamos en el amor de Jesús porque nos lo demostró de una vez por todas al dar su vida por nosotros”.

El temor a Dios es amor dispuesto a servir

El temor a Dios se expresa en nuestro sacrificio y nuestra voluntad de servir: “¡Demostrémosle a Dios que siempre ocupa el primer lugar en nuestro corazón y en nuestra vida!”. Después de todo, temer a Dios también significa amarlo y buscarlo de todo nuestro corazón. Para ilustrarlo, el Director de la Iglesia usó el proverbio francés mencionado más arriba: “L’absence est à l’amour ce qu’est au feu le vent; – Il éteint le petit, il allume le grand” (La ausencia es para el amor como el viento para el fuego: extingue el pequeño y aviva el grande). ¡Un amor fuerte puede hacer mucho! El Apóstol Mayor Schneider dijo al respecto: “¿Cómo repercutirá este tiempo de restricciones de salida en nuestro amor a Dios?”.

Dios concede misericordia

Temor a Dios y misericordia. Este es, entonces, el contexto mencionado: “Dios concede su bondad y misericordia a los que le temen”. Y su bondad es tan grande como la altura de los cielos sobre la tierra. Expresó el Apóstol Mayor para concluir:

  • “Las limitaciones de la vida en esta tierra no pueden impedir que Dios nos conceda sus beneficios”.
  • “Desde lo alto ve mucho más allá que nosotros, antes de que nos demos cuenta de las pruebas, Él ya nos ha proporcionado la ayuda que necesitamos”.
  • “La herencia que nos tiene preparada en el cielo es infinitamente mayor que las obras que podemos hacer y los sufrimientos que debemos soportar en esta tierra”.

Agradecimiento, humildad, confianza, amor y disposición a servir, son todos signos del temor a Dios, dijo el máximo responsable de la Iglesia, que nos permite disfrutar plenamente de su misericordia.

mayo 27, 2020

Autor: Peter Johanning

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