Cura de ayuno para la salud espiritual
Realizarse uno mismo y vivir en armonía. Esto es posible, ya ahora. Todo lo que se necesita es que lo viejo mengüe y lo nuevo crezca. Las instrucciones de un Servicio Divino con el Apóstol Mayor.
Es la transición del Antiguo al Nuevo Testamento, Juan el Bautista profetiza y da testimonio de la venida de Cristo como Mesías. Sin embargo, sigue predicando al Dios que castiga a los que no cumplen los mandamientos. Jesús, en cambio, muestra a Dios como el Padre lleno de amor que acepta a todos los que lo aman a Él y al prójimo, y creen en el Hijo.
Juan el Bautista sabe adónde ir. Dice de sí mismo y de Jesús: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”. Qué significa este pasaje bíblico de Juan 3:30 para los creyentes de hoy lo explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en el Servicio Divino del 5 de diciembre de 2024 en la comunidad Retreat (Ciudad del Cabo, Sudáfrica).
Entre lo viejo y lo nuevo
“A veces incluso los cristianos están atascados en el antiguo pacto”, dijo el dirigente de la Iglesia. Quieren que Dios los ayude ahora en su vida terrenal. Por eso van a la Iglesia, traen su ofrenda y obran con fe.
Pero “Jesús vino y murió en la cruz para traernos la vida eterna”. Su reino no es de este mundo. Ciertamente podemos dirigirnos a Él, podemos orar y Él nos ayudará. “Su prioridad es siempre la vida eterna”.
Y para ser salvos, no basta con seguir unas reglas. Hay que creer en la palabra de Jesús y seguir la ley del amor. “Esta mentalidad del antiguo pacto debería menguar. El mensaje del Nuevo Testamento debería crecer”.
Crecer y menguar
Jesús debe crecer, eso se aplica a cada cristiano personalmente. “Jesús debe crecer en nuestra vida”, más precisamente de la siguiente manera:
- “Jesús debe ser cada vez más importante en nuestro corazón”.
- “Queremos estar con Él y queremos que Él esté con nosotros”.
- “Queremos cambiar para obrar, hablar y pensar como Jesús”.
“Él solo puede crecer si nosotros menguamos”, enfatizó el Apóstol Mayor. Y eso significa:
- “Debemos recordar que los pensamientos de Dios son siempre mejores que nuestros pensamientos, aunque nuestros pensamientos no sean tan malos”.
- “Lo que Él hace por nosotros es mucho, mucho más que lo que nosotros hacemos por Él”.
- En lugar de orar: “Ayúdame a hacer lo que me propongo hacer”, es mejor pedir: “Ayúdame a hacer lo que tú esperas que haga”.
Este crecimiento en Cristo debe determinar también las relaciones con otras personas:
- “Tengo que aceptar mirar a mi prójimo como lo mira Jesús y no como yo lo he experimentado y lo conozco”.
- “El problema” de la sociedad actual “es esta mentalidad egocéntrica”. Jesús, en cambio, “estaba para escuchar al prójimo, para ocuparse del prójimo, para servir”.
- “La unidad, la unidad de la comunidad, de la Iglesia, debe llegar a ser más importante para mí que mis propias ideas, opiniones y mi propia persona”.
No destruida, sino realizada
“Si Jesús crece y nosotros menguamos, esto no significa que tengamos que destruir nuestra personalidad”, subraya el Apóstol Mayor. Todo lo contrario. “Esto no es destrucción. Es una realización”. Porque “cuando Jesús llena nuestro corazón, entonces florece nuestra personalidad. Y entonces mi corazón está lleno de alegría y paz”.
“Cuando Jesús crece en mí, puedo vivir como soy, en perfecta armonía” con Dios y con los demás. Y finalmente: “Cuando Jesús crece en mi corazón, puedo ser una fuente de bendición para muchos, muchos otros, tal como soy, con mi carácter, mi personalidad”.
En realidad, el canto debía acompañar su salida de la nave de la iglesia. Sin embargo, el Apóstol Mayor prefirió quedarse unos minutos más y cantar con todos: “¡Oh santísimo, felicísimo!” en la comunidad Retreat (África del Sur).