Color del sitio web:

apostles.today seasons.today

Dar gracias en el sufrimiento, aunque no por él

noviembre 7, 2018

Autor: Oliver Rütten

Imprimir
Escúchalo

Cuando las personas gozan de buena salud y son felices, dar gracias es mucho más fácil. ¿Pero qué ocurre cuando las preocupaciones, enfermedades y sufrimientos determinan la vida cotidiana? Según el Apóstol Mayor Schneider, también es posible dar gracias en estos casos.

Este año, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró el Servicio Divino del día de agradecimiento por la cosecha el 7 de octubre de 2018. Del Servicio Divino realizado en Carcavelos-Sossoeiros, una ciudad en las cercanías de Lisboa, Portugal, participaron aproximadamente 450 personas. El presidente de la Iglesia colocó como base de su prédica la cita extraída de 1 Tesalonicenses 5:18, que dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.

¿Poco realista, carente de sentido?

“¿Cómo imaginar que Dios espera que un hombre que ha experimentado una situación dramática pueda estar agradecido?”, preguntó el Apóstol Mayor a modo de introducción. “¡Tenemos la sensación de que agradecer carece de sentido, que es imposible!” No obstante, según la máxima autoridad espiritual de la Iglesia hay un camino que nos lleva a comprender. Este radica en que “¡Debemos venir otra vez a la voluntad de Dios!”, porque: “Dios quiere tu salvación. Te quiere redimir del mal. Te quiere conducir a la comunión con Él”. Para ello es necesario el seguimiento de Jesús: “Sólo el que sigue al Señor, el que, por lo tanto, vive siguiendo su ejemplo, el que se orienta en su modelo, puede entrar al reino de Dios”.

Jesús vivió el agradecimiento

Jesús fue agradecido. El Apóstol Mayor lo explicó mediante diferentes ejemplos: “Su amigo Lázaro había fallecido, todos lloraban, Jesús vino, se paró delante del sepulcro y agradeció a su Padre diciendo: ‘Padre, gracias te doy por haberme oído’”. Hasta ese momento nada había ocurrido, Lázaro seguía muerto y aún así, Jesús agradecía (ver Juan 11:41). Por otra parte, “Jesús sabía en el tiempo de pasión que debía morir, que sería abandonado, que sufriría”. Aún así, dijo el presidente de la Iglesia: “Jesús celebró la Santa Cena con sus discípulos y agradeció por el pan y el vino”. (Compárese con Mateo 26:26.).

El Espíritu Santo permite reconocer

Pablo dice que Dios no sólo quiere la salvación de los hombres, sino también su santificación (compárese con 1 Tesalonicenses 4:3). Según el Apóstol Mayor: “Quien se deja enseñar por el Espírito Divino puede reconocer la presencia de Dios y su obrar. Donde el hombre sólo puede ver casualidad, destino o injusticia, el Espíritu Santo ve algo muy diferente. Nos muestra: ¡mira, Dios está presente, está aquí!”. El hombre que se deja llenar de Espíritu Santo está totalmente concentrado en Dios. Y dado que está concentrado en Dios en cualquier situación, puede ver la presencia de Dios y reconocer su obrar.

Muchos motivos para agradecer

  • “¡Al mirar la creación notamos que es obra de Dios! Reconocemos, entonces, que a pesar del mal que ocasionan los hombres, Dios protege su creación, la cuida para que no sea dañada. Se ocupa de que el hombre pueda vivir en la tierra hasta que el nuevo mundo haya sido creado”.
  • “Quien se deja conducir y guiar por el Espíritu Santo es consciente de que todo lo bueno que posee, proviene de Dios. Hay tantas personas que son al menos tan buenas o incluso mucho mejores que tú, y no tienen lo que tienes. Quien se deja guiar por el Espíritu Santo reconoce que ¡es la gracia de Dios!”.
  • “Lo más importante que ha ocurrido hasta el momento en la historia es la encarnación del Hijo de Dios y el sacrificio de Jesucristo. Un hijo de Dios debiera estar concentrado en la encarnación y el sacrificio de Jesucristo. Esto nos ayuda a estar agradecidos en todas las situaciones”.
  • “El Señor Jesús no nos quiere redimir del mal y conducir a un terreno, en el cual ya no sufriremos. Se ha propuesto mucho más que eso: ¡Él quiere compartir su gloria con nosotros!”.
  • “Dios está presente permanentemente y nos ayuda, fortalece y consuela. ¡Por lo tanto no sólo nos quiere redimir del mal, sino que nos quiere dar su herencia, incluso nos ayuda a alcanzar dicha herencia!”
  • “Estamos agradecidos con el amado Dios porque no tuvimos que transitar solos este camino, sino que se nos permite ser parte de una comunidad, de la comunidad de los Hijos de Dios. Sé que a veces tenemos muchas razones para ‘protestar’ sobre el hermano o la hermana. […] Pero Dios nos da la fuerza necesaria para manejar nuestras diferencias, nuestra diversidad”.
  • “Estamos tan agradecidos al amado Dios por su paciencia con el hombre. Le agradecemos que le quiera dar la posibilidad, la oportunidad, a todos los hombres de entrar en su nueva creación. Porque aceptar que seremos salvados, que seremos liberados del mal, pero que todos aquellos que no poseen nuestra fe serán condenados por siempre nos quitaría la felicidad”.

El Apóstol Mayor Schneider explicó que Pablo no decía: “¡Debes agradecer todo, sino que debes estar agradecido en todas las situaciones!”. Es decir que no se exige que el agradecimiento surja por el sufrimiento experimentado, sino que el hombre dé gracias en el sufrimiento. Porque “si en el sufrimiento pensamos en la muerte de Jesucristo en la cruz, porque estamos concentrados en Él, únicamente podemos sentir agradecimiento en el sentido: Señor te agradezco que hayas vencido el mal y que fuéramos liberados. Te agradezco que hayas sufrido por mí para redimirme”.

noviembre 7, 2018

Autor: Oliver Rütten

Imprimir