Frenar y arrancar … hacia el tiempo de Navidad. Eso en Brasil no sólo ocurre con el tránsito volviendo a casa, sino ante por todo la alegría de ver las casas decoradas. Y aquí puede entreverarse alguna vez el recorrido de un ómnibus. Karin Zwar informa al respecto.
Diciembre es un mes lleno de estrés. Hay mucho por hacer en el último mes del año calendario. En las escuelas y universidades finaliza el año lectivo, en las empresas apremia hacer el balance y además, hay que comprar regalos.
Pero la Navidad en Brasil también implica condiciones climáticas agotadoras. Las temperaturas que marca el termómetro en Navidad son muy altas, superan los 30 grados. Es verano. Casi todos los días hace calor y está húmedo, el clima es tropical.
Regalos ya antes de Nochebuena
«En lugar de emplear el tiempo para la reflexión introspectiva, la gente se ocupa sólo de lo terrenal y material. Algunos niños ya reciben sus regalos antes de Navidad, pocas veces en Nochebuena. La gente se olvida de por qué festejamos la Navidad: ¡es el nacimiento de nuestro Redentor!», se queja Karin Zwar. Hace muchos años que vive en Curitiba, Paraná, en el sur del país.
«En casa siempre traté de que la fiesta de Navidad sea cómo he aprendido de mis padres. Ellos inmigraron a Brasil provenientes de Alemania y por eso conservamos mucho de la cultura alemana: el calendario de Adviento, el día de Nicolás el 6 de diciembre, la corona de Adviento con cuatro velas, cantar cánticos navideños, las galletitas tradicionales, los «stollen» y la decoración alusiva», informa la madre de dos hijas.
Competencia por la casa más linda
En Navidad, las viviendas en Brasil no sólo se adornan en su interior; también externamente las casas se transforman. Casi todos los años hay una competencia especial en Curitiba: ¿Quién adornó mejor su casa? Creatividad, diseño y también la utilización de materiales sustentables son algunos de los factores que cuentan en la competencia.
Las casas son adornadas de adentro y de afuera con incontables lamparitas de colores, se arman pesebres de Navidad de todas las formas y tamaños, y siempre alguien logra superar la decoración de su vecino con alguna idea nueva y especial. «Vale la pena recorrer la ciudad para contemplar las casas adornadas», dice Karin Zwar. «Incluso un ómnibus de línea pasa durante la época de Navidad por esas casas adornadas y se detiene un momento para que la gente las pueda admirar».
Y algo más es un poco diferente a Europa: «Nosotros adornamos el árbol de Navidad, un árbol verdadero para que la casa tenga aroma navideño, ya a comienzos de diciembre, porque aquí en el país es habitual», cuenta la hermana en la fe. Cuando los niños eran pequeños, estaban desilusionados cuando en casa de la familia Zwar el árbol recién se armaba el 24 de diciembre. Ahora el árbol está armado todo un mes.
Comer opíparamente a medianoche
En las familias brasileñas, la Nochebuena comienza recién a medianoche. Luego está la cena tradicional de Navidad. «En la mesa adornada hay dos o tres menús de carne, arroz con pasas y nueces, muchos tipos de ensaladas, fruta, helado, postres y mucho más…», explica Karin Zwar. «La tradición que me enseñaron mis padres, trato de cumplirla en Navidad. El 24 de diciembre nos reunimos como familia alrededor de las ocho alrededor de la mesa. Luego comemos ensaladas, pan, carne asada, todo sencillo pero muy sabroso y preparado con mucho amor. Como postre, helado, mucha fruta o una compota. Recién después de la cena nos sentamos frente al árbol de Navidad, oramos juntos, cantamos o escuchamos cantos navideños. Luego se reparten los regalos».
Árboles de Navidad para guardar
Los brasileños sólo compran árboles de Navidad artificiales. «Por un lado, porque aquí no hay árboles de Navidad auténticos y por el otro, porque los árboles de Navidad artificiales son más prácticos para guardar cuando pasó Navidad», informa la hermana que eligió a Brasil como su patria.
Pero lo más importante no es el árbol de Navidad. «Para nosotros, como familia nuevoapostólica, siempre fue importante participar el 25 de diciembre del Servicio Divino. El altar se adorna en forma muy hermosa, el coro canta himnos de Navidad, los niños cantan…», informa Karin Zwar llena de entusiasmo y dejando claro que la Navidad también puede vivirse desaceleradamente y a conciencia.
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