¿Siervos de Dios? Ya hace largo tiempo que los portadores de ministerio no son los únicos. Lo ha explicado el Apóstol Mayor en un Servicio Divino transmitido a toda Europa. En el centro se había colocado el siguiente interrogantes: “Servir, ¿quién, cómo y por qué?”
“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis». Este es el fundamento bíblico citado de Juan 13:15-17 para el Servicio Divino de Núremberg (Alemania del Sur), que vivieron in situ o por videoconferencia los portadores de ministerio de toda Europa el 22 de octubre de 2017 en unas 500 comunidades.
Cada persona está en el servir
¿Quién sirve? Así versa la pregunta a la que primero se dedicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider:
- “Cada cristiano ha sido llamado a servir al Señor, anunciando el Evangelio en palabras y obras”.
- Los Apóstoles y sus colaboradores tienen que cumplir un servicio especial: “Hacer accesible la salvación, edificar la Iglesia, administrar los Sacramentos, preparar a la novia de Jesucristo».
- Los renacidos del agua y del Espíritu: «Deben remitir a la eficacia del obrar de los Apóstoles» y ellos “también han sido llamados a darse ánimo y coraje mutuo».
Únicamente por amor a la Obra
¿Por qué servir? Por amor, es la respuesta del presidente de la Iglesia: “No lo hacemos porque estamos bajo presión y llenos de temor”, sino “porque cumplimos este servicio, porque queremos, porque amamos a Dios y porque amamos a las personas». Porque: “No conocemos otra motivación, que tampoco serviría de nada. La motivación no duraría mucho tiempo.
No mayores que otros
¿Cómo servir? Siguiendo el modelo de Jesucristo, enfatizó el Apóstol Mayor. Porque: “El siervo no es mayor que su señor”. Y esto quiere decir:
- “¡Servimos al Señor por amor y no por interés! Porque sirvamos al Señor, no nos irá mejor. Debemos sufrir igual que todos los hombres». Porque: “El Señor ha venido como servidor y como hombre ha pasado por todo».
- “Nuestra función no es ser más estricto que el Maestro y pedir más de lo que pide nuestro Maestro». No importa: “No consideremos que algo como esto es superfluo, aunque a veces tengamos la sensación de que ¡no hace juego con nuestra época!”
- Los dones son diferentes. “Muchos servicios se prestan en las comunidades. Cada uno con sus dones, con sus fuerzas”. Pero: ¡por favor, no tengamos la necesidad de destacarnos! “Nuestro encargo no debe servir para destacarnos. Estaríamos definitivamente equivocados”.
La conclusión del Apóstol Mayor es: “No queramos ser mayores que el Maestro. Sirvamos a Dios y sirvamos a los hombres. Practiquemos este servicio voluntariamente, porque amamos a Dios, porque amamos a los hombres. Es una alegría para nosotros expresar este amor. Permanezcamos fieles a la voluntad de Jesús y esforcémonos por ejecutar la voluntad de Jesús, trasladar a otros su doctrina sin excederla. Definitivamente no somos mayores que nuestro Maestro“.