Fue un año de cambios en el equipo de conducción de la Iglesia Nueva Apostólica. Cuatro Apóstoles de Distrito pasaron en 2018 al descanso ministerial. Una retrospectiva a estos varones llenos de energía y grandeza de corazón.
Totalmente entregado a sus pares: Esto fue lo que destacó al Apóstol de Distrito Bernd Koberstein , quien en febrero se despidió del servicio activo. «Obispo orquesta» lo llamaba la gran orquesta juvenil de la Iglesia regional Hesse/Renania-Palatinado/Sarre (Alemania), porque pasaba los tradicionales fines de semana de ensayo previos a las jornadas de juventud junto con los jóvenes músicos. Y ante todo, porque los escuchaba noches enteras y discutía con ellos, hablaba sobre Dios y el mundo, incluyendo también a la Iglesia.
Su talento organizativo, su forma de ser reconciliadora y sus prédicas positivamente emotivas y centradas en Cristo: por todo esto Bernd Koberstein convencía, también a los hermanos y hermanas de su Iglesia regional. Su tolerancia y su benevolencia parecían inextinguibles, cuando otros hacía mucho que habían perdido la paciencia. Pero cuando notaba que alguien se había excedido de los límites, la forma de conducir de Bernd Koberstein se hacía sentir: con mano firme pero nunca mano dura.
Tenazmente armónico: Así caracterizan sus colegas al Apóstol de Distrito Markus Fehlbaum (Suiza). Pasó a descanso ministerial en junio. Como Presidente de la Iglesia distó mucho de ser un tecnócrata. Sus muchas ideas ya salían de él a borbotones a las cuatro y media, cinco de la mañana, hora en la que empezaba a enviar e-mails, lo cual requería mucho de parte de sus colaboradores para estar a la altura de su jefe.
En el medio, ese es su lugar preferido: en el medio está sentado en el concierto como el anfitrión y no en el lugar 1, fila 1. En el medio de los hermanos y hermanas está parado en incontables fotografías. Y en el medio también está en el nuevo mundo de los medios sociales: casi ningún Apóstol de Distrito está tan activo en Facebook como él. Se muestra allí así como es, no con una imagen brillante y reluciente, sino con su perfil natural, como un hombre como tú y yo.
Grande, generoso, siempre de buen humor: Con el pase a descanso del Apóstol de Distrito Andrew Andersen finalizó en septiembre una era en Australia. El que como él estuvo viajando 30 años siendo portador del ministerio de Apóstol, recorrió por año miles y miles de millas en avión. Así y todo, no se quedó flotando en el aire, sino con los pies bien puestos sobre la tierra.
Un pedazo de su gran corazón lo regaló el Apóstol de Distrito Andersen a las comunidades de Papúa Nueva Guinea. Lo que más le entusiasma es la fe primitiva que tienen las personas allí. «Su servicio estuvo caracterizado por verdadero amor, auténtica humildad y sabiduría divina», describió el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider al Apóstol de Distrito saliente. Y que lo pudo vivir como un verdadero amigo, con gran corazón y un fino humor.
Un trotamundos con amor y energía creativa: El Apóstol de Distrito Urs Hebeisen (Asia del Sudeste) no puede describirse con pocas palabras, hay que vivirlo. Pasó a descanso en noviembre. «En su vida tuvo una enorme gama de experiencias: la precisión suiza, la amplitud canadiense y la amabilidad asiática», dice un amigo.
Urs Hebeisen es un hombre de la comunicación, rápido, preciso, por todos los canales. «Es un oyente maravilloso y un consejero lleno de humor», confirma uno de sus colegas. Pero hablar solamente no es lo suyo. Es un hombre de hechos. No es un luchador solitario que impone todo, sino un jugador en equipo. Cerca suyo uno nunca puede descansar, informa un colaborador. Deja que cada uno intente siempre dar lo mejor de sí mismo.