«¡Desearía tener suficientes palabras!»
¿Cómo es realmente el futuro reino de Dios? Para describirlo no le alcanzan las palabras, expresa el Apóstol Mayor. Pero lo que dice la Biblia sobre él nos puede ayudar a entenderlo.
«Dios quiere compartir su gloria con nosotros», fue el claro mensaje del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider a la comunidad en su Servicio Divino realizado en Natal (Brasil) el 6 de agosto de 2017. A tal efecto, interpretó un texto bíblico de Isaías 62:1011: «Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra».
Jerusalén, un símbolo del reino de Dios
«Hoy entendemos este texto mirando hacia Jesucristo», comenzó el Apóstol Mayor su prédica. Jerusalén es un símbolo de la Iglesia. Se trata de la Jerusalén celestial, la congregación de los creyentes. «Y a esta comunidad le dice Dios: ¡Yo te liberaré del mal! Y guiaré a muchas personas hacia Jerusalén».
- Jesús venció el infierno y la muerte: «Esta victoria la quiere compartir con nosotros. Él nos liberará definitivamente del mal y de la muerte. Nunca más tendremos que ver con el mal. Cuando venga Jesús seremos partícipes de su victoria».
- Jesús recibió el cuerpo de resurrección: «Con este cuerpo de resurrección fue el primero que entró en el reino de Dios. Allí es el primero entre muchos hermanos y lo quiere compartir con nosotros».
- Entraremos en la gloria de Dios: «Desearía tener suficientes palabras para poder describirla. Pero no existen las palabras para ello. Un pensamiento nos puede ayudar a imaginarla: esta gloria será tan grande y maravillosa que por toda la eternidad tendremos cada día un nuevo motivo para agradecer y alabar a Dios».
No recién mañana, ya hoy
De todos modos, expresó el Apóstol Mayor, no tenemos que esperar necesariamente hasta que venga el Señor. «Ya hoy podemos experimentar un anticipo de ella. En el Servicio Divino podemos experimentar que Dios nos concede gracia. Ya hoy podemos disfrutar del mérito de Jesucristo». Y esto en realidad lo deberían notar las personas que nos rodean, advirtió.
Futuro, presente, tarea
Al fin y al cabo, Jesús murió por todos los seres humanos y por eso su sacrificio también es válido para todos. Todavía guiará a muchas personas hacia su ciudad. Por eso vale a aquellos que ya tienen su lugar allí: «Avanzad hacia ellos, allanad la calzada, quitad las piedras de su camino». Es nuestra tarea: mostrarles el camino, a través de nuestra conducta, de nuestro testimonio, por palabras y hechos.
El Apóstol Mayor Schneider para terminar: «Debemos guiar a las personas en el camino. Este es nuestro futuro; este es nuestro presente; esta es nuestra tarea».