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¡Dios no es sordo!

noviembre 20, 2018

Author: Peter Johanning

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Dios escucha nuestras oraciones y a veces responde a ellas. Mientras sean acordes a su voluntad, pues sólo Él es el Señor, no nosotros. De un Servicio Divino que va mucho a lo profundo y que responde algunas preguntas.

Curitiba es una ciudad con dos millones de habitantes en el estado federal brasileño de Paraná. Hasta allí viajó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider para celebrar un Servicio Divino con la comunidad el 13 de octubre de 2018. Su prédica se basó en el texto bíblico de Isaías 59:1: «He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír». Ya al oír el texto bíblico queda claro que no hay nada que puede impedir que Dios salve a los fieles. Él responde a aquellas oraciones que son acordes a su voluntad, reconoció el Apóstol Mayor. «Puede suceder que nuestras oraciones no sean respondidas. Puede suceder que le pidamos a Dios que mejore alguna situación de nuestra vida y Él no lo hace. Entonces nos resulta difícil ser agradecidos a Dios». Le preguntamos a Dios por qué no nos ha ayudado. Y el Apóstol Mayor prosiguió: «No se preocupen, ¡Dios oye nuestras oraciones!».

Con sus explicaciones fue a lo profundo del texto. Los capítulos 58 y 59 del libro de Isaías hablan de los judíos que reprochaban a Dios el hecho de que a pesar de su devoción y sus oraciones los había dejado abandonados. Ellos en realidad sólo veían sus propios intereses y maltrataban a su prójimo. Dios les respondió que desaprobaba su actitud.

Los pensamientos de Dios son más elevados que nuestros pensamientos

Pero las personas creyentes siempres son oídas por Dios, explicó el Apóstol Mayor. «No existe situación alguna en la que Dios no puede ayudar. El Espíritu Santo nos consuela haciéndonos recordar el amor y la omnipotencia de Dios. Dios nos quiere salvar y nada puede impedírselo. La situación nunca es demasiado complicada, el enemigo nunca es demasiado fuerte, los siervos nunca son demasiado débiles y nuestros pecados nunca son demasiado grandes como para que Dios no nos pueda ayudar».

Sin embargo, continuó el Apóstol Mayor, la ayuda de Dios no consiste en ponerle fin a nuestros sufrimientos. Sus pensamientos siempre son más elevados que nuestros pensamientos. En su lugar, nos quiere librar definitivamente del mal y conducirnos a su reino. Envió a su Hijo, esa fue la primera ayuda que Dios nos dio. El sacrificio de Jesús es válido para todos los hombres. Dios nos dio sus mandamientos. Estos no restringen nuestra libertad, sino que nos preservan del mal, confirmó el Apóstol Mayor. Dios nos dio Apóstoles. A través de su obrar podemos heredar el reino de Dios. «Han recibido el encargo de reunir a la comunidad nupcial del Señor. Son aquellos que pueden entrar antes al reino de Dios». A veces olvidamos cuánto nos ayuda Dios.

Y para terminar: Dios también nos ha dado una comunidad que nos ayuda, dijo el Apóstol Mayor. «No estamos solos y aislados. Tenemos hermanos y hermanas que nos ayudan y apoyan». Esto es ayuda de Dios.

Por qué Dios no responde a todas las oraciones

Y no obstante, ¡algunas oraciones no son respondidas! ¿Por qué no? Porque no son acordes al plan de Dios, expresó el Apóstol Mayor. Al fin y al cabo, en la Biblia hay suficientes ejemplos de oraciones que no fueron respondidas por Dios. Así, Dios no aceptó:

  • darnos pruebas tangibles de su existencia, su obrar y su amor: «La fe es indispensable para ser redimidos»;
  • castigar a los que lo rechazan: «Jesus quiere salvarlos»;
  • hacer nuestra parte del trabajo: «Nos corresponde a nosotros resolver nuestros conflictos y reconciliarnos con los demás»;
  • que sigamos siendo así como somos: «Para alcanzar la salvación debemos dejar morir al viejo Adán»;
  • mencionar el momento exacto del retorno de Jesús.

«Por eso, que nuestras oraciones coincidan con la voluntad de Dios para que Él pueda responderlas».

noviembre 20, 2018

Author: Peter Johanning

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