¿Qué es un Apóstol? ¿Qué es apostólico? ¿Y por qué es importante para todas las Iglesias cristianas? Esta es la pregunta que plantea el día conmemorativo que anglicanos, católicos, ortodoxos y protestantes celebran el 11 de junio: el Día de Bernabé.
Y Jesús “estableció a doce, para que estuviesen con él”, informa Marcos 3:14. Así que solo existen estos doce Apóstoles, ¿es así? Al menos se conoce un número 13 por Hechos 1:26, elegido en su reemplazo después de que Judas se marchara por las razones conocidas. Lo que es sorprendente es que su sucesor Matías solo tuvo que calificar para el ministerio de Apóstol por haber sido un testigo ocular de la actividad de Jesús.
Este requisito no está documentado para ninguno de los otros Apóstoles nombrados en el Nuevo Testamento: Pablo, el autor de epístolas, y Santiago, el hermano de Jesús, Silvano y Timoteo, Andrónico y Junias. Y Bernabé, que es quien se conmemora en estos días.
Procedía de Chipre, gozaba de gran estima en la comunidad primitiva de Jerusalén y fue uno de los fundadores de la comunidad en Antioquía. Fue allí donde Bernabé entró en conflicto con Pablo sobre las regulaciones dietéticas judías. Pero en el concilio de los Apóstoles en Jerusalén, ambos estuvieron del mismo lado y desde entonces viajaron siendo los Apóstoles oficiales de los gentiles.
Apostólica en cuanto al contenido
El apostolado siguió siendo un punto de referencia central del cristianismo incluso después de la muerte de los primeros Apóstoles. “Creo en una sola santa Iglesia universal y apostólica”, dice la primitiva Confesión de fe de Nicea-Constantinopla, que en principio comparten hoy todas las confesiones.
Pero, ¿qué hace que una Iglesia sea apostólica? Las confesiones dan dos o tres respuestas diferentes a esta pregunta. Por un lado, hay aspectos relativos al contenido y, por el otro, aspectos relativos a la persona.
Apostólica en cuanto a la persona
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles”. Estas palabras de Hechos 2:42 constituyen la base para entender la apostolicidad en términos del contenido. Se trata, pues, de lo que anunciaron los primeros Apóstoles: el Evangelio de Jesús, es decir, el mensaje de la vida, muerte, resurrección y retorno de Cristo.
La Biblia proporciona información sobre este anuncio. Apostólico es, por lo tanto, lo que corresponde a lo que atestigua el Nuevo Testamento. Así es como las Iglesias de la tradición de la Reforma entienden la apostolicidad: como continuidad del contenido.
El concepto de “sucesión apostólica” es reconocido por las Iglesias Católica y Ortodoxa, así como por algunas Iglesias Anglicanas. Derivan su apostolicidad del hecho de que la consagración de los Obispos por la imposición de manos puede remontarse en sucesión ininterrumpida a la época de los Apóstoles bíblicos. En este sentido, se trata de una cuestión de continuidad de la persona.
Apostólica en cuanto al ministerio
¿Y la Iglesia Nueva Apostólica? “La Iglesia de Cristo es apostólica en dos aspectos: se anuncia en ella la doctrina apostólica y está activo en ella el ministerio apostólico”, dice el Catecismo:
- “La doctrina apostólica es el mensaje genuino de la muerte, la resurrección y el retorno de Cristo conforme a la doctrina de los Apóstoles del primer tiempo del cristianismo, así como lo testifica el Nuevo Testamento y como fue creído y vivido por los primeros cristianos”.
- “El ministerio apostólico es el ministerio de Apóstol dado por Cristo y guiado por el Espíritu Santo con sus plenos poderes”.
Así que no se trata de una continuidad de la persona, sino de una reocupación de la persona, continúa el Catecismo: “Al estar nuevamente cubierto el ministerio de Apóstol en el año 1832, el Señor devuelve a su Iglesia sobre la tierra algo esencial: queda restituida totalmente la apostolicidad en la Iglesia visible”.