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Doce peticiones que Dios oye

junio 20, 2018

Autor: Oliver Rütten

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Cinco peticiones más que en el Padre Nuestro y una promesa de que Dios también oye estas peticiones. El Apóstol Mayor Schneider predica sobre deseos actuales, que valen la pena, de los creyentes.

La base para la prédica del Apóstol Mayor fueron las palabras de Lucas 11:13: «Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?».

«Ahora se podría decir: ‘Ya no necesitamos orar por el Espíritu Santo. Ya fue enviado a la tierra y el don del Espíritu Santo también lo hemos recibido a través del Santo Sellamiento’. ¿Por qué entonces seguir orando?», preguntó el Apóstol Mayor Schneider al comienzo del Servicio Divino y presentó doce propuestas bien concretas.

Tres peticiones por consuelo:

La petición por consuelo en las tribulaciones. El Espíritu Santo consuela haciendo recordar las palabras de Jesús. Apóstol Mayor Schneider: «¡No te preocupes! Jesucristo venció al mundo. Jesucristo es y seguirá siendo el Vencedor. ¡Él es el más fuerte!».

La petición por consuelo en las debilidades e imperfecciones. El Espíritu Santo consuela dando a conocer «lo que es dicho de nosotros en el trono de Dios: ‘He oído lo que en el cielo se habla de ti. En el cielo he oído que Jesús es tu abogado. Él no te acusa, Él te defiende'».

La petición para poder perseverar. El Espíritu Santo da testimonio de que los creyentes son «hijos de Dios». «Tú conoces tu futuro. Sabes que todo sigue. Tu futuro es la vida eterna en el reino de Dios. ¡El Señor viene pronto!».

Tres peticiones por verdad:

La petición para distinguir la verdad de la mentira. ¿Es bueno «cuando oramos: ‘Dios, Espíritu Santo, enséñame qué es la verdad y qué es una mentira?'». Pues, «El Espíritu Santo nos recuerda que: tu modelo, tu referencia, tu ejemplo es Jesucristo. La verdad es la doctrina de Jesucristo. Lo que es compatible con ella, está bien».

La petición para que nos sea enseñado qué agrada a Dios. «El Espíritu Santo nos recuerda la doctrina de Jesús». Y Jesús siempre indicó que no es suficiente con «simplemente obedecer a la ley y guardar los mandamientos. No invoquemos nuestras obras. Depende de la actitud del corazón».

La petición por la verdad sobre el prójimo. Muchas opiniones sobre el otro causarían inseguridad. «Preguntemos al Espíritu Santo: ‘¡Dime tú la verdad!’. Y entonces el Espíritu Santo nos dice lo que oyó en el trono de Dios sobre nuestro prójimo: ‘Es un alma a la que Dios quiere salvar y Él está trabajando en llevar a esa alma hacia Él'».

Tres peticiones por renovación:

La petición por una vida en el Señor. «Entonces nuestra gran preocupación, en esta situación, en esta examinación, es: ‘Ahora se me agrede. Se comete una injusticia conmigo. ¿Cómo tengo que reaccionar ahora para ser un auténtico testigo de Jesucristo?’. Hermanos, esta respuesta la recibimos del Espíritu Santo».

La petición por libertad en el Espíritu. «El Espíritu Santo nos hace libres para amar. Podemos amar sin límites. Podemos amar al prójimo sino reservas, sin prejuicios. Y aunque todos lo demás lo condenen, cuando todos los demás lo descarten, lo dejen del lado, nosotros podemos amar sin límites».

La petición por la edificación de la Iglesia. «El que tiene la nueva vida del Espíritu Santo, aspirará edificar a la Iglesia. Nuestra petición, por lo tanto, va en el sentido de que pedimos a Dios: ‘Dame los dones del Espíritu Santo para que pueda participar en la edificación de la Iglesia del Señor'».

Tres peticiones por el Servicio Divino:

La petición por la santificación previa al Servicio Divino. «Cuando uno simplemente entra y escucha, oye lo que viene. Pero si realmente se puede asimilar con fe la sustancia de la palabra de Dios, queda por verse. Se necesita una determinada santificación. Esto también forma parte de la oración antes del Servicio Divino: ‘Santifícame para que pueda asimilar tu palabra con fe y la sustancia de la palabra de Dios en mí'».

La petición por experimentar la Santa Cena. «Esto también requiere una preparación interior, una oración: ‘Amado Dios, hoy quisiera experimentar la Santa Cena con total convicción. Quisiera vivir la presencia de Jesucristo de un modo especial. Quisiera tomar realmente para mí la fuerza que has colocado en la Santa Cena'».

La petición por bendición para los hermanos en el altar. «Y no por último también oremos por los hermanos que están parados en el altar: ‘Santifícalos y concédeles los pensamientos del Espíritu Santo'».

El Apóstol Mayor Schneider asegura: «Dios oye la oración de aquellos que piden al Espíritu que los consuele, que los guíe a la verdad, que renueve su ser y que los santifique para el Servicio Divino».

Foto: StockPhotosArt – stock.adobe.com

junio 20, 2018

Autor: Oliver Rütten

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