Lo que para el pueblo de Israel era el maná, es para los cristianos nuevoapostólicos la Santa Cena: una fuente de fuerzas que contiene vida y asegura el poder avanzar. Pensamientos de un Servicio Divino del Apóstol Mayor.
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Foto: NAC Nigeria
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«Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero». Así decía el texto bíblico de Juan 6:53-54 sobre el que predicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 12 de enero de 2016 en Yamusukro (Costa de Marfil) .
La Santa Cena como fuente de fuerzas
«El Espíritu Santo está con nosotros todos los días», dijo el Apóstol Mayor. Esto se puede experimentar en la vida cotidiana cada día «al orar, al leer en la Biblia, al reflexionar». Pero un encuentro personal con Jesucristo se puede encontrar de otra manera: «Sólo en la Santa Cena podemos experimentar esta comunión íntima y profunda con el verdadero Señor Jesús».
«Es el pan del cielo», dijo comparando la Santa Cena con el maná, el alimento del pueblo de Israel durante su marcha por el desierto: «En este maná encontraron la fuerza para sobrevivir, avanzar y vencer a sus enemigos». En la Santa Cena, el Señor nos da la fuerza para «conservar la vida divina dentro de nosotros, avanzar hacia la meta y resistir al mal».
La Santa Cena como confesión
«Cada vez que la comunidad se reúne para celebrar la Santa Cena, confiesa su fe», acentuó el Apóstol Mayor y mencionó cinco aspectos centrales:
- El sacrificio: «Creemos que Jesús nos ama tanto que dio su vida por nosotros».
- La resurrección: «La comunidad que celebra la Santa Cena confiesa su fe en la victoria de Jesucristo».
- El retorno: «Llevemos vida divina en nosotros, así conservaremos la esperanza de que el Señor viene pronto».
- La presencia: «Cuando celebramos la Santa Cena, Jesús está presente en medio de la comunidad. Jesús está activo en su Iglesia».
- Los Apóstoles: «A los Apóstoles vivientes les dio el encargo de celebrar la Santa Cena. Sólo donde hay activos Apóstoles vivientes, está verdaderamente presente el cuerpo y la sangre de Jesús. Esta es nuestra fe».
«El que recibe la Santa Cena, el que la celebra con fe y agradecimiento, recibe verdaderamente el cuerpo y la sangre de Jesús y puede ser cada vez más semejante a Él», dijo el Apóstol Mayor: «Pensad en esto. Como el maná, la Santa Cena se debe tomar cada vez que Jesús la ofrece».