Donde las imágenes de los Servicios Divinos aprendieron a caminar
Este año 2018, los EE.UU. son el escenario de los acontecimientos de Pentecostés que nos congregan. Las raíces de la historia de la Iglesia Nueva Apostólica en tierras estadounidenses son prácticamente tan antiguas como las europeas. Y en cuanto a lo tecnológico, fue desde la Iglesia regional de EE.UU. que por primera vez se transmitieron imágenes en movimiento al resto del mundo.
Los antecedentes históricos de la Iglesia Nueva Apostólica de los EE.UU. ya remiten a 1864. Poco después del quiebre con la Iglesia Católica Apostólica, el profeta Heinrich Geyer designó a otros cuatro Apóstoles para desempeñarse expresamente en el área de actividad de Norteamérica. Entre ellos se encontraba Heinrich Ferdinand Hoppe, quien arribaría a aquellas tierras recién en 1872.
Heinrich Hoppe fue enviado a expreso pedido de Jakob Westphalen, el que había emigrado a Chicago en 1866 y reunido a un pequeño rebaño de creyentes a su alrededor. En adelante, la comunidad de 50 hermanos y hermanas de la que fueron parte el Apóstol Hoppe y el Pastor Westphalen llevó el nombre de “First General Apostolic Church”.
Un corte y un nuevo comienzo
Una década después se produce un momento de corte, al que no todos los relatores de la historia dan la misma importancia. Algunos consideran que el Apóstol Hoppe atravesaba penurias económicas sostenidas a pesar de la ayuda que recibía de los creyentes. Según estas voces del relato, termina abandonando la Iglesia y comprometiéndose como pastor en una Iglesia libre de Nueva York. Otros relatores, en cambio, remiten a la separación del movimiento apostólico de Alemania, en virtud del cual, el Apóstol Hoppe se decide a favor del profeta Geyer y en contra de la futura Iglesia Nueva Apostólica.
Norteamérica recibiría a su propio Apóstol recién en 1901: la ordenación de Friedrich Mierau se considera la verdadera hora de nacimiento de la Iglesia regional. En la época del Apóstol Mierau, la confesión nuevoapostólica se expande atravesando la región de los grandes lagos de costa a costa en los EE.UU. La inmigración o la mudanza de familias alemanas o de origen alemán fue el principal motor de este crecimiento.
Reconocimiento oficial como Iglesia
En 1924 John Erb sucede al Apóstol Mierau, quien entonces ya se encontraba gravemente enfermo. Fue John Erb quien gestionó el reconocimiento oficial de la Iglesia Nueva Apostólica en los EE.UU. Fue avanzando con el registro de la Iglesia estado por estado, hasta que el Distrito de Apóstol accedió a al derecho de ser reconocido como entidad en el año 1932.
Las épocas de los sucesores del Apóstol Erb fueron de diferente naturaleza, ya que dirigida por John P. Fendt (a partir de 1944), la Iglesia creció principalmente en los Estados Unidos, y luego dirigida por los dos canadienses Michael Kraus (a partir de 1966) y Erwin Wagner (a partir de 1994), las fuerzas se concentraron en el trabajo misionero internacional. A estas áreas de actividad pertenecen hoy hasta cinco millones de miembros.
Por primera vez se transmiten imágenes y sonido
La Iglesia Nueva Apostólica de los EE.UU. adquiere nuevamente su autonomía en el año 2000, cuando el Apóstol Mayor Richard Fehr divide en dos a la Iglesia regional de Norteamérica. En aquel momento, el Apóstol de Distrito Richard C. Freund no sólo asume la responsabilidad de dirigir a los Estados Unidos, sino también a 37 países más, entre los cuales se encontraban varios de África del Este, la que en 2009 adquiere su propia autonomía. Desde 2008, Leonard R. Kolb dirige la Iglesia regional de los EE.UU. junto con todas las regiones de Centroamérica y el Caribe.
Y cuando el domingo de Pentecostés el Servicio Divino del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider se transmita por video a las comunidades norteamericanas se dará continuidad a una tradición: el primer Servicio Divino que se transmitió por medios audiovisuales fue el que realizó desde aquí el Apóstol Mayor Hans Urwyler el domingo de Pascua de 1980 en New York. En esa ocasión, el presidente de la Iglesia tomó la idea de realizar transmisiones similares, las que desde entonces se han convertido en un elemento fijo e infaltable.
Foto: Servicio Divino en el cine – Visita a Apóstol Mayor en octubre de 1967 en New York (archivo Bischoff-Verlag)