Dondequiera, como en casa: no hay demasiado pequeño
Ninguna obra buena es demasiado pequeña, pues: «De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis». Pequeños ejemplos del grande y ancho mundo.
Grupo de mujeres ayuda a reclusos
El pasaje de Mateo 25:31-46, del que proviene esta cita, fue tomado al pie de la letra por los 185 hermanos y hermanas de Luanshya (Zambia), que se encontraron para una reunión con los presos de la penitenciaría local. El Apóstol Jacob Mwansa se refirió en su alocución expresamente a las palabras de Jesús: «Estuve en la cárcel, y vinisteis a mí».
En el marco del encuentro, el grupo de mujeres de la comunidad entregó donaciones en especies con un valor de, al cambio, unos 500 dólares. Representantes de los en total 350 presos así como de la dirección de la penitenciaría agradecieron por la contribución. El coro de reclusos estuvo presente para alegrar a los visitantes con cantos cristianos de alabanza.
Adultos mayores regalan calidez
No sólo los pies calentaron los regalos que llevaron los adultos mayores de la comunidad Rosedale en su visita al geriátrico Zandvliet. Más de un mes antes los hermanos y hermanas en la fe se habían decidido a hacer algo por su prójimo para poder difundir el amor. Se pusieron a tejer medias de lana para repartirlas en el geriátrico de Macasar. La reacción sorprendió a los donantes: los receptores estaban muy agradecidos, no por último por la calidez de corazón.
Pastor de almas apacienta un pequeño rebaño
Ninguna comunidad es demasiado pequeña como para ser desatendida. Lo demostró una vez más el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider con su visita a Ulan-Bator (Mongolia). Unos 170 concurrentes se reunieron con el dirigente de la Iglesia para el Servicio Divino. Esto es algo más que la mitad de todos los miembros de la Iglesia de ese país ubicado entre Rusia y China. El Apóstol Marat Aktschurin atiende junto con 15 portadores de ministerio a los creyentes en las seis a ocho comunidades. En Mongolia muchas personas todavía viven como nómadas fuera de las ciudades, por eso no todo el año están abiertas todas las comunidades.