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El amor y la esperanza necesitan un hogar

febrero 1, 2024

Autor: Katrin Löwen

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Fracasos, ingratitud, cansancio. Hay cosas que nos hacen resbalar, también en la vida de fe. En un Servicio Divino –no solo– para portadores de ministerio, el Apóstol Mayor presentó una palabra de los salmos que infunde ánimo.

“Apreciamos vuestro servir y estamos muy, muy agradecidos por lo que hacen”. Así dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider durante el Servicio Divino del 4 de noviembre de 2023 en Aldeia dos Palheiros, dirigido a los portadores de ministerio activos y en descanso de Portugal.

Cuando resbalas

Esta tarea no siempre es fácil. El Apóstol Mayor reconoció que se puede resbalar. Las razones para ello son múltiples:

  • No ves ningún éxito: “Sirves desde hace años, oras, trabajas y esperas algún éxito visible. Y luego no llega nada. Entonces surge la pregunta: Sí, ¿todo esto es en vano?”.
  • No se te agradece: “Si haces algo mal, te critican de inmediato. Pero de todo lo que haces, en lo que te esfuerzas tanto, nadie se da cuenta, para el agradecimiento puedes esperar eternamente”.
  • Reaccionas mal por cansancio: “Entonces reaccionas mal, resbalas. Por supuesto, viene la idea: Vamos, no sigas, eres demasiado débil”.
  • Pierdes las ganas: “De repente, algo más en la vida nos parece mucho más importante y mucho más interesante que servir a Dios. Estamos cerca de caer”.

Cómo sustenta Dios

La palabra bíblica del Servicio Divino que nos infunde ánimo es: “Cuando yo decía: Mi pie resbala, tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba” (Salmos 94:18).

Qué exactamente da Dios por misericordia y bondad, el Apóstol Mayor lo explicó así:

  • “Jesucristo murió por ti. Esto no es solo para predicarlo en la comunidad, es algo muy personal para mí. Cada festejo de la Santa Cena nos recuerda: es dada para ti”.
  • Jesucristo perdona los pecados: “Él tiene tanta paciencia con nosotros. Nadie sabe cuántas veces y cuánto Jesucristo nos ha perdonado. Pero estoy absolutamente seguro de que esto es mucho más de lo que realmente pensamos y nos damos cuenta”.
  • Dios confía: “¡Esto es pura gracia! Ningún ser humano puede merecerlo: en su bondad, Dios nos ha dado su confianza. Nos ha confiado un ministerio o una responsabilidad en su Obra”.
  • Dios quiere dar aún más: “Tú, pequeño ser imperfecto, puedes convertirte en la imagen de Jesucristo y entrar en su reino, en su gloria”.

“Si estás cerca de rendirte, vale la pena reflexionar intensamente una vez más y preguntarte: ¿Realmente tienes una razón para rendirte?”, advirtió el Apóstol Mayor. Recordó a los portadores de ministerio cuánta alegría puede traer un encargo ministerial. Se experimenta a Dios de una manera especial en el Servicio Divino, se experimenta la cercanía con los hermanos en la fe y “tu servir es incluso una bendición para ti mismo”.

Dios hace la mayor parte

“Sigamos sirviendo al Señor: por amor a nuestros semejantes”, dijo el Apóstol Mayor. La comunidad es para los hermanos en la fe un lugar donde se sienten amados. “Aunque nadie me acepte, aquí soy aceptado y amado. El mundo necesita lugares como este”. Esto debería ser una motivación para seguir adelante: “Si nos rendimos, esos lugares ya no existirán”. Lugares donde se predica la gloria de Dios y un futuro maravilloso. “Aquí está el lugar de la esperanza. Se lo debemos a las generaciones venideras, que siga habiendo un lugar donde se predica la esperanza y no solo las catástrofes y el fin del mundo. Y ese es tu encargo”.

“Nuestra obra es imperfecta”. Dios hace la parte más importante. “Si sirves al Señor, tienes la seguridad de que será para bien. Aunque tu trabajo no tenga éxito evidente, la obra será consumada porque es la Obra de Dios”, dijo el Apóstol Mayor. “Veamos y conozcamos realmente la misericordia y la bondad de Dios. En ellas encontraremos la fuerza y el ánimo para seguir sirviendo”.

febrero 1, 2024

Autor: Katrin Löwen

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