Este año el mes de noviembre tiene cinco domingos. El año litúrgico está terminando, en el último domingo ya comienza el tiempo de Adviento. ¡Qué rápido pasa un año! Motivo suficiente para ocuparse de las “últimas cosas”. Y esto hace referencia a un pensamiento teológico básico.
La “doctrina de las últimas cosas” es llamada por los teólogos “escatología”. Se trata de la vida después de la vida terrenal: la resurrección, la vida eterna, el retorno de Cristo, el reino de paz, el juicio final, la nueva creación. Echa una mirada a lo que viene y a aquello para lo cual los cristianos deben prepararse: al fin de los tiempos y al comienzo de un nuevo tiempo, a la salvación de Dios que Él tiene reservada.
La preparación es importante
La serie temática comienza el segundo domingo de noviembre y se centra en el retorno de Cristo. Este necesita una preparación, de la que según la Biblia forma parte crecer y abundar en el amor de Cristo. Las primeras comunidades cristianas lo ejemplificaron. El mensaje del Servicio Divino es, por lo tanto: El amor al prójimo consiste en desearle, y quizás ayudarle a, llevar una vida exitosa en el sentir de Jesús. Los miembros de una comunidad se tienen que esforzar por tener cada vez más confianza mutua y ser cada vez más solidarios unos con otros.
El juicio también significa transmitir
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10). Esto suena amenazador al principio. Al menos cuando uno es consciente de sus debilidades. A muchos cristianos les gusta aplazar el tribunal para un futuro lejano. En cierto sentido, sin embargo, el juicio tendrá lugar ya en el retorno de Cristo y no solo en el juicio final. Es reconfortante saber que el Señor mira el corazón y no juzga lo que está a la vista. Ser verdaderos seguidores de Cristo y haber practicado consecuentemente el doble mandamiento del amor ofrece buenas condiciones para un juicio indulgente. Tales cristianos pueden esperar la gracia de Dios.
Al final del año litúrgico
El cuarto domingo de noviembre ya es de nuevo el último domingo del año litúrgico. El tema del Servicio Divino será la vida eterna en la nueva creación. “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13). Así es como la Biblia describe este punto en la línea de tiempo del plan divino. Y este también necesita una preparación. Porque la justicia divina, que será decisiva en la nueva creación, debería quedar a la vista ya hoy en nosotros en forma de misericordia y ser un rasgo característico de nuestras comunidades. Asegurémonos de que la justicia de Dios ya tenga lugar de nuevo cada día, concediéndole el amor de Dios a cada persona, independientemente de su sexo, su pertenencia étnica o nacionalidad, su educación y su condición social.
Nos acompaña
El quinto domingo de noviembre comienza el tiempo de Adviento. Para muchas personas el Adviento será este año un momento especial de desafíos inesperados. Muchos han perdido a su lado a una persona querida debido al coronavirus. Muchos están sin trabajo, sin dinero, sin esperanza de un futuro mejor, sin amigos ni familia. Ellos, y especialmente ellos, son el foco de nuestra especial atención en estos días. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider escribe: “El mensaje para el primer Adviento es muy sencillo: Dios cumple lo que promete. El Espíritu Santo nos dice una y otra vez: Jesucristo es el Hijo de Dios, es el Redentor, el Ungido, el Rey”.
Estos pensamientos dan nueva fuerza en días oscuros y dan nueva esperanza para un futuro mejor.
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