¿Qué lejos llega la gracia y la fidelidad de Dios? ¿Hasta los cielos y las nubes? ¿Qué significa esto? ¿Cómo deben reaccionar las personas ante la experiencia de la misericordia de Dios? El Apóstol Mayor lo explicó en un Servicio Divino en Angola.
El 2 de julio de 2023, alrededor de 13.000 creyentes celebraron el Servicio Divino en ayuda para los difuntos en Luanda (Angola). Al mismo tiempo, la Iglesia en Angola celebró su 40° aniversario. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider sirvió con las palabras de Salmos 57:10: “Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad”.
Dios es misericordioso
“La misericordia de Dios es su dedicación al ser humano”, dijo el Apóstol Mayor en su prédica. Ni el más rico ni el más dotado pueden comprar o ganarse la misericordia de Dios: “La misericordia que Dios ofrece al ser humano es gracia inmerecida”.
La palabra bíblica utilizada aparece varias veces en los Salmos y, según el pasaje, evoca la misericordia o la gracia de Dios, su verdad o su fidelidad.
Esta salvación, el bien que Dios quiere dar a los seres humanos, eso es el cielo. “Quiere que los seres humanos habiten con Él en los cielos. Quiere que crezcamos a imagen de Jesucristo para que luego reinemos con Él”. Ningún ser humano puede lograrlo por sí mismo: “Ningún ser humano puede llegar a ser como Jesucristo: sin pecado. Incluso el mejor ser humano sigue siendo un pecador”.
Su misericordia llega lejos
“Dios puede perdonarlo todo al que cree en Jesucristo”. Porque “su misericordia, su gracia, llega hasta los cielos”. Y eso significa que “Dios quiere la salvación de todos los seres humanos, incluso de los que están muy lejos de Él”, recordó el Apóstol Mayor Schneider a la comunidad.
El hecho de que la misericordia de Dios actúa “hasta los cielos” significa también que su esfera de influencia se extiende mucho más allá del limitado horizonte de los seres humanos. “La misericordia y la gracia llegan hasta el mundo del más allá, del que no podemos ver nada en absoluto. Dios sigue trabajando por la salvación de los seres humanos incluso en el más allá”.
Y un tercer aspecto de lo grande que es su misericordia: la perspectiva de Dios es eterna, dijo el Apóstol Mayor. “Dios no solo quiere darnos unos hermosos años en la tierra, ¡quiere que estemos con Él para siempre!”.
Dios es fiable
“Dios es verdadero y fiel. Es absolutamente fiable”, aseguró el dirigente de la Iglesia. Esto también significa que sus mandamientos son eternos y válidos para todos los seres humanos. “Los mandamientos de Dios no son solo para los pobres o solo para los ricos, no son solo para un pueblo o para el otro, los mandamientos de Dios son válidos para todas las personas sin excepción, en este mundo y en el más allá, para los vivos y para los muertos”.
Lo mismo vale para todos: “Quien quiera alcanzar la salvación debe creer en Jesucristo y seguirlo”, subrayó el Apóstol Mayor. Pedro ya lo dejó claro: “No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” que Jesucristo.
Jesús se dirigió especialmente a los pobres y les prometió que podrían alcanzar la salvación. “Esto no fue un consuelo barato, no fue un consuelo para los seres humanos, sino que Dios cumplirá esta promesa”, dijo el Apóstol Mayor. “Jesucristo también prometió que estaría con sus Apóstoles todos los días y que defendería a su Iglesia para que el infierno no pudiera dominarla. Esa es una promesa de Jesucristo”.
¿Cómo reaccionan las personas?
El Apóstol Mayor describió la manera de poder aprovechar la gracia y la fidelidad de Dios.
- Para empezar, se debe creer verdaderamente en Jesucristo, confiar en Él y obedecerle: “Confío en Él pase lo que pase y hago su voluntad en cualquier situación”.
- También hay que confesar sinceramente las faltas y estar decidido a ser mejor persona: “Siempre tratamos de disminuir nuestros pecados, de quitarles importancia, y tenemos mucho talento para inventar excusas. Pero quien quiera experimentar la gracia de Dios debe confesar honesta y verdaderamente sus pecados, debe arrepentirse y hacer penitencia”.
- Y, por último, “quien quiera experimentar la promesa de Dios, simplemente debe permanecer fiel hasta que Jesucristo cumpla su promesa”.
A todos los que ya han disfrutado de la misericordia y la gracia de Dios, el Apóstol Mayor Schneider les plantea la pregunta: “¿Cómo reaccionamos a ello?”.
- Los que reconocen la dimensión de la gracia, deben reaccionar en consecuencia: “Como hemos experimentado lo fiel y verdadero, lo fiable que es Dios, servimos al Señor, y no lo hacemos para recibir una recompensa, para ganar algo, sino por agradecimiento y amor”.
- Una forma especial de agradecimiento es responder al deseo de Jesús descrito en Juan 17:20-21: “Que todos sean uno”.
“Un gran signo y la expresión de nuestro agradecimiento es nuestro esfuerzo por lograr la unidad. No podemos dar a Dios mayor alegría que esforzarnos una y otra vez por ser uno en Jesucristo”.