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El camino al cielo no es una calle sin salida

diciembre 12, 2019

Autor: Peter Johanning

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Cuando el Apóstol Mayor celebra un Servicio Divino en Mulhouse (Francia), está casi «en el comedor de su casa». Llevó en la valija mucho consuelo y aliento para los creyentes.

Uno de los textos bíblicos más conocidos es, sin duda, el Salmo 23. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider leyó en su Servicio Divino del 20 de octubre de 2019 el 4º versículo: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento» (Salmos 23:4). Su mensaje a la comunidad fue: ¡Jesús ayuda en la tribulación!

Lo estableció el Director de la Iglesia en varias de sus afirmaciones: «Un pastor conoce los lugares en los que su rebaño puede encontrar alimento y agua, y lo conduce hasta allí». Esta imagen proveniente de la vida cotidiana dejó claro al mismo tiempo que en el camino las ovejas a veces tienen que pasar por lugares difíciles y peligrosos. El pastor guía a su rebaño y con su cayado lo protege de los depredadores. «El salmista utiliza la imagen del pastor para evocar el desvelo de Dios por los suyos. Jesús es nuestro buen Pastor. Él vela por nosotros y nos conduce a su reino», manifestó el Apóstol Mayor.

Valle de sombra de muerte, sendero difícil

El valle de sombra de muerte simboliza un fenómeno desagradable de la época: los cristianos deben superar las tentaciones. Al respecto dijo el Apóstol Mayor:

  • «Cuando estamos en aflicciones, Jesús está con nosotros. No pensemos que Él nos olvidó o nos abandonó. ¡Él toma parte de nuestro sufrimiento!».
  • Todo lo contrario, el buen Pastor Jesucristo guía a su rebaño a la patria celestial y no a una calle sin salida. «Jesús nos dice cómo podemos pasar por pasajes difíciles sin dañar nuestra alma».
  • La exhortación del Apóstol Mayor a la comunidad entonces también fue: «Confiemos en Él y sigamos su consejo, aunque este no nos parezca apropiado».

«Jesús nos defiende y vela por nosotros». El Apóstol Mayor documentó su afirmación con vivencias que tuvo que pasar Job. Dios siempre cuidó a Job y se ocupó de que la prueba no sea demasiado difícil para él. «En la desgracia a veces nos inclinamos a aislarnos. Pero Jesús nos llama a que nos acerquemos a Él, nos dirijamos a sus servidores y quedemos en comunión con los suyos». Al final queda el sentimiento de consuelo, aliento y paz.

Ayuda en necesidades, protección en peligros

El Apóstol Mayor Schneider también se refirió a la imagen de los predadores: «Durante nuestro peregrinaje también estamos expuestos a los ataques de los predadores espirituales». Pero precisamente en tiempos de tentaciones está presente Jesús para ayudarnos: «Acude a nuestra ayuda cuando se lo pedimos».

  • Él guía el rebaño «previniéndonos de peligros y diciéndonos cómo podemos resistir a la tentación».
  • Él también lo defiende: «No solo que no nos condena cuando sucumbimos a la tentación, sino que incluso nos defiende».
  • Él llama al arrepentimiento y «nos sana perdonando nuestros pecados».

Rebaño = Iglesia

En la prédica del Apóstol Mayor se destacó en especial que «la imagen del rebaño también se aplica a la Iglesia. La Iglesia atraviesa períodos difíciles, cuando por ejemplo disminuye la cantidad de creyentes o estos son perseguidos y cuando un portador de ministerio o un miembro tiene una conducta inapropiada».
Su consejo a la comunidad: «No nos inquietemos por tales situaciones que llevan a titubear y no murmuremos en contra de Dios. ¡No derrochemos nuestra energía lamentándonos por los «viejos buenos tiempos»!». Al fin y al cabo, hoy todavía Jesús, el buen Pastor, está con su rebaño.

  • Él está presente en sus Apóstoles, en su palabra y en la Santa Cena y lo seguirá estando hasta que los Apóstoles hayan cumplido su misión.
  • Es Él el que guía a su Iglesia. «Incluso cuando nosotros no entendemos el camino que nos hace transitar, confiemos en Él. ¡Él nos guía a la meta!».
  • Él vela por su Iglesia. El Apóstol Mayor recordó aquí las palabras que Jesús le dijo a Pedro: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). «En las injurias del tiempo, la sustentabilidad del servicio de Pedro testifica sobre la solicitud de Jesús por los suyos y sobre la solidez de su Iglesia».

Su conclusión: «Mientras permanezcamos con Jesús, no tenemos nada para temer. Él se ocupa de nosotros y con toda seguridad nos guiará a su reino, también en tribulaciones y tentaciones».

diciembre 12, 2019

Autor: Peter Johanning

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