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El Consejero para una relación perfecta

diciembre 11, 2018

Author: Andreas Rother

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La cercanía a Dios, el trato mutuo entre las personas y la armonía con la creación, todo esto esta muy relacionado. ¿Cómo puede volver a unirse lo que el maligno separó? La buena fuerza tiene un nombre.

Fue una palabra conocida sobre la predicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 11 de noviembre de 2018 en Uster (Suiza): «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Génesis 1:27).

Cómo quería Dios

«El hombre fue creado para tener comunión con Dios. Puede percibir la presencia de Dios y oír su voz. Puede hablar a Dios. El hombre puede sentir el amor de Dios, retribuirlo y mostrarle su amor».

«Dios creó a los seres humanos para que tengan comunión entre ellos. Dios es relación. Por eso creó al ser humano como hombre y mujer. Ellos tienen comunión uno con el otro, se complementan y dependen uno del otro».

«Dios creó al hombre para que viva en armonía con la creación. Les dio a ambos seres humanos la misma responsabilidad. Deben representar a Dios en la creación, administrarla y cuidarla así como Él lo hace».

Lo que hizo el hombre

«Desde la caída en el pecado, el hombre debe vivir alejado de Dios, la comunión quedó destruida porque se había arruinado la relación, la confianza».

«Después de la caída en el pecado, el hombre quiso enseñorearse de la mujer. La comunión entre los seres humanos se deterioró».

«Después de la caída en el pecado, esto siguió evolucionando a través de toda la historia, las cosas materiales, los bienes terrenales y las posesiones de las personas fueron cada vez más importantes».

Lo que mostró Jesús

«Después vino Jesucristo. Este hombre era exactamente así como Dios lo quería. Buscaba una y otra vez la relación con su Padre, cultivaba una estrecha vida de oración con Dios y buscaba la comunión con Él».

«No vino para gobernar, vino para servir. Jesús amaba a todos los seres humanos, sea quienes fueren. Incondicionalmente murió para todos los seres humanos, sin hacer diferencia alguna».

«Me consuela una y otra vez cuando veo que Jesús disfrutaba de un buen vino y de buena comida. Él se alegraba, pero su vida no estuvo determinada por las cosas terrenales«.

Cómo sigue ayudando el Espíritu Santo

«A través del Espíritu Santo tenemos la posibilidad de llegar a ser conformes a la imagen de Dios. La nueva criatura ama a Dios. Se sabe amada por Él y todo lo que hace, lo hace por amor a Dios y no con segundas intenciones, haciendo cálculos».

«Ocupémonos de que nuestras oraciones no sean solo llamados de socorro ni listas de deseos, sino una verdadera conversación con Dios. La nueva criatura cuenta lo que Dios ha hecho en ella y para ella, lo que Dios quiere hacer por el prójimo. No se pone a sí misma en el centro».

«Prestamos atención a que las cosas materiales no determinen nuestra relación con Dios y con el prójimo. No pensamos solo en el propio bienestar, pensamos en nuestros contemporáneos y en el futuro«.

«Esta es la nueva criatura, el nuevo hombre. Esto es lo que quiere crear el Espíritu Santo en nosotros, que nuestra comunión con Dios vuelva a ser perfecta, que nuestra comunión con nuestros contemporáneas sea como Dios quiere y que nuestra relación con lo material, con la creación terrenal sea así como Dios quiere. Si dejamos que el Espíritu Santo obre en nuestro interior, lo podrá crear en nosotros».

diciembre 11, 2018

Author: Andreas Rother

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