No importa cuán valiente sea el mal, hay uno que siempre puede liberar y arrebatar la presa incluso del mayor depredador. Pero ni siquiera Él lo hace todo por sí mismo. Cómo Jesucristo cuenta con cada uno de los creyentes.
“Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos”. Este fue el texto bíblico de Isaías 49:25 para el Servicio Divino para la juventud del domingo 1° de marzo de 2020 en Berlín-Lichtenberg (Alemania).
Esta promesa viene de la época en que una parte del pueblo de Israel había sido llevada al exilio a Babilonia. “Dios hizo esto de tal manera que los que quisieran –y solo los que realmente quisieran– tuvieran la oportunidad de regresar a Israel”, explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider, viendo en ello “una imagen de la redención del hombre”.
Cautivo elevado a la tres
Por la caída en el pecado, el hombre quedó en un triple cautiverio:
- Cautivo en lalejanía de Dios: “El hombre ya no tenía la posibilidad de llegar a Dios. Se formó un abismo que no pudo salvar”.
- Cautivo en el pecado: “Por mucho que lo intente, no puede vivir sin pecado”.
- Cautivo en la muerte: “El hombre debe morir y experimentar la muerte en la tierra”.
Libre en tres pasos
“Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra para liberar a la humanidad”, explicó el Apóstol Mayor:
- “A través de su muerte en sacrificio, Cristo dio la posibilidad de que el hombre pueda volverse a Dios. A través del Bautismo, Él lava el pecado original”.
- A través del Santo Sellamiento, crea en el hombre una nueva criatura que Él nutre y desarrolla. “Cuando entremos en el reino de Dios, seremos perfectos por la gracia de Jesucristo. Entonces ya no seremos pecadores”.
- “En el milenario reino de la paz los hombres todavía morirán, pero después del juicio final incluso la muerte será vencida”.
El botín del mal
“Pero Jesucristo también quiere arrebatar el botín del tirano”, continuó el Director de la Iglesia. “El botín, eso es lo que el diablo siempre nos quita”.
- En relación con Dios: “Quiere robar la confianza de los hombres en Dios. El diablo ha logrado hacerlos dudar. Les ha quitado el temor a Dios. Creen que pueden prescindir de Dios”.
- Y en la relación entre las personas: “A menudo han perdido la confianza en otras personas. Algunos se aíslan. Otros solo conocen acusaciones. Y otros incluso tienen odio”.
Pero el mensaje de Jesús es: “Quien acepta mi palabra, quien acepta mis Sacramentos, puede ser sanado aquí también. Te daré la confianza en Dios, te daré el temor a Dios. Puedo ayudaros a vivir de nuevo en el amor unos a otros. Puedo arrebatar el botín”.
Aprovechar las oportunidades
“Jesucristo nos salvará por su gracia”, subrayó el Apóstol Mayor Schneider. “Solo hace por nuestra salvación, aquello que nosotros no podemos hacer. Todo lo demás lo debemos hacer nosotros: Dios nos da su gracia, pero nosotros debemos decidir libremente si queremos participar”.
- “Debemos decidir si creemos o no. Creer es estar decidido, estar resuelto a confiar en Dios”.
- “Nos da la gracia del perdón de los pecados. Pero debemos estar resueltos: Quiero hacerlo de manera diferente. También debemos estar dispuestos a perdonar a nuestro prójimo”.
- “Tenemos la oportunidad de convertirnos en la imagen de Jesucristo. Pero debo decidir, quiero seguir el ejemplo de Jesucristo. Quiero pensar como Él, actuar como Él, ser como Él”.
- “Dios nos da su amor a través del don del Espíritu Santo. Pero debemos decidir cómo trabajar ahora con ese amor”.
“Dios no puede hacer esto por ti”, afirmó el Apóstol Mayor. “Ese es nuestro trabajo”.