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El llamado a la purificación personal

10 12 2025

Autor: Sophie Berg

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La verdadera esperanza purifica, endereza y acerca más a Cristo. Con instrucciones paso a paso, el Apóstol Mayor explica cómo funciona la santificación.

El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró el domingo 16 de noviembre de 2025 un Servicio Divino en Fort Lauderdale (Florida, EE. UU.), al que asistieron 905 hermanos y hermanas en la fe. La prédica se basó en la palabra de 1 Juan 3:3: “Y todo aquel que tiene tal esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”.

Con verdadera fe y esperanza hacia la purificación

Cada Servicio Divino es una confesión de la verdadera fe en Jesucristo. La verdadera fe significa: “Dios vino a la tierra por amor a los seres humanos, adoptó la condición de hombre para volver a llevar a los seres humanos a Dios”. La fe se manifiesta a través de la propia vocación y el renacimiento de agua y del Espíritu. Solo así Jesús puede dar la vida eterna. Solo como imagen de Cristo se puede alcanzar la comunión eterna y perfecta con Dios: “Tenemos esta esperanza de que Jesús vendrá y nos llevará a su reino”.

Esta esperanza no es un deseo o un sueño, “es una expectativa que confía en la promesa divina”. Esto significa que uno está absolutamente convencido, que actúa en consecuencia y se prepara para ello. “Cuando esta esperanza vive en nosotros, guía nuestras decisiones. Marca nuestra vida. Esa es la verdadera esperanza”.

Aceptar la voluntad de Dios

Para entrar en el reino de Dios, según la palabra bíblica, hay que purificarse. “Aquí dice que debemos purificarnos a nosotros mismos”. La purificación consta de varios pasos. Primer paso: renunciar al mal y estar de acuerdo con la voluntad de Dios: “Aceptamos que Dios nos diga lo que es ‘bueno’ y lo que es ‘malo’”.

“Solo Jesucristo puede purificarnos de los pecados”. Sin embargo, hay que purificarse a uno mismo para asegurarse de poder obtener la gracia. Para ello, hay que ser consciente de las propias faltas, sin excusas, arrepentirse y estar decidido a cambiar. “Dios no está obligado a perdonarnos. Debemos pedírselo con mucha humildad”.

Purificación personal: así se hace

A esto le sigue el segundo paso, la purificación personal:

  • Quien es puro, también es sincero, honesto y fiable, como Jesús. Hay que “comportarse de la misma manera, independientemente de si alguien nos ve o no”.
  • No solo hay que purificar las palabras y los actos, sino también los pensamientos. “Quien tiene un corazón puro es fiable, se puede confiar en él. Su ‘sí’ sigue siendo un ‘sí’ y su ‘no’ sigue siendo un ‘no’”.
  • Jesús sirvió desinteresadamente, fue puro amor. “Seguimos a Cristo y lo servimos por amor, no por interés”.
  • La verdadera salvación está en el cielo, no en la tierra.
  • Purificar el propio corazón. “Liberarse de las convicciones que no son las convicciones de Jesucristo”.
  • Ver al prójimo como lo ve Jesús. Él “considera a cada persona como un alma que quiere salvar y por la que ha muerto”. Independientemente de quién sea o de dónde venga.

Escucha, santifica y haz lo que Jesús dice

La purificación es también santificación. Dios ha llamado y elegido a sus hijos para servirlo. Hay que concentrarse en lo que Jesús espera de uno:

  • Algunos cristianos opinan que Dios los ha enviado para poner en orden todo el mundo en su nombre. “Jesús nunca dijo eso”, porque “estamos aquí para ayudar a nuestros semejantes a ser salvos”. La única solución para el mundo es el retorno de Cristo y la nueva creación.
  • Las discusiones sin sentido y las disputas tontas son una pérdida de tiempo y energía. No importa si Job existió realmente o en qué tradición nuevoapostólica se haya crecido. Lo importante es: “¿Cuál es el mensaje para mí? ¿Qué quiere Dios que haga?”.
  • El efecto de orar es independiente de su duración. “Ora con el corazón, con la fe, y trabaja”. Y: “Haz algo bueno, por Dios, por tu prójimo”.

“Purifiquémonos para concentrarnos en lo que realmente importa: la misión con Dios de Jesucristo”, resumió el Apóstol Mayor Schneider y añadió: “Y preparémonos para entrar en el reino de Dios, donde todo es puro y verdadero”.

Foto: NAC USA

10 12 2025

Autor: Sophie Berg

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