Está claro que los temas para los cuales la Biblia no proporciona directrices inequívocas, pueden ser regulados por la Iglesia. En lo que respecta a la “ordenación de mujeres”, la próxima pregunta que hay que formularse es: ¿Cómo ha sido regulado este tema hasta ahora? La respuesta: de forma diferente y solo débilmente justificada.
La práctica es contradictoria. En las últimas ocho décadas, la Iglesia Nueva Apostólica ordenó solo a hombres en el ministerio espiritual. En los 80 años anteriores también fueron ordenadas mujeres como Diaconisas. Esto plantea la pregunta: ¿Por qué primero de una manera y luego de la otra?
Las respuestas son escasas: “No hubo un pronunciamiento oficial y teológicamente fundamentado del apostolado” sobre el tema de las mujeres y el ministerio, afirma la actual carta doctrinaria en el número especial de Pensamientos Guía 3/2022. Incluso “en la literatura más antigua de la Iglesia Nueva Apostólica no se encuentra ninguna justificación teológica para el hecho de que a las mujeres no se les permita ejercer ninguna función en el Servicio Divino”, añade el historiador eclesiástico Dr. Manfred Henke en respuesta a una consulta de nac.today.
No más de dos frases
La declaración con carácter más oficial es la “Comunicación del Apóstol Mayor” Richard Fehr en Pensamientos Guía 6/1999. Las explicaciones sobre la interpretación general del ministerio finalizan de la siguiente manera: “En la Iglesia Nueva Apostólica las mujeres no son portadoras de ningún ministerio espiritual. En esto, la Iglesia se orienta en el ejemplo de Jesús y sabe que está en armonía con las afirmaciones de la Sagrada Escritura”.
El texto se refiere exclusivamente al mandamiento de silencio y al llamamiento de los doce. Las dos frases no constituyen una consideración y una justificación exhaustivas, como sí lo es la actual carta doctrinaria de 30 páginas. Y tampoco hay detrás ninguna resolución de la asamblea de Apóstoles de Distrito.
Una perspectiva para el futuro
La conclusión es que se trata de una opinión del momento. El Apóstol Mayor Fehr también lo dejó claro cuando le preguntaron en 2005 qué dice el Evangelio sobre la ordenación de mujeres: “Por supuesto que esto se puede debatir”, aclaró. “Dependiendo de cómo se interprete la Biblia, se puede decir, como hizo Pablo, que las mujeres no tienen nada que hacer en el servicio de la prédica. Otros dicen que las mujeres siguieron a Jesús como las más fieles y que Él les dijo y les confió mucho”.
“Pero tal vez algún día volvamos a lo que era antes: a las Diaconisas”, dijo el Apóstol Mayor Fehr en la entrevista publicada en el libro “Nuestro Señor viene”. “Entonces pienso, como primer paso, Diaconisa, ¡por qué no! Pero creo que todavía no ha llegado el momento. Veamos qué nos depara el futuro”.
Más fácil pensarlo que hacerlo
“Pienso que es una cuestión de tradición”, explica su sucesor en el ministerio, Wilhelm Leber, sobre la ordenación exclusiva de hombres. “Queda abierta la cuestión de si tiene que seguir siendo así”, cita en una entrevista publicada en el folleto de Pentecostés “Unánimes en el Espíritu”, también de 2005.
En una conversación con jóvenes del distrito Lübeck en 2012, el Apóstol Mayor Leber es aún más explícito: “Es bastante concebible y no hay ninguna razón para decir que las mujeres no pueden hacerlo. Así que no quisiera descartarlo”. Pero “ponerlo en práctica no es tan fácil”, porque la aceptación en las comunidades depende de las condiciones sociales y las improntas culturales. “Como Iglesia internacional, tenemos que ser sensibles en consecuencia”.
Conclusión: A la práctica de ordenar solo a hombres le faltaba una decisión fundamental del apostolado basada en la doctrina. Incluso los Apóstoles Mayores Fehr y Leber consideraron posible llamar también a mujeres al ministerio espiritual. Pero, ¿qué sucede con las Diaconisas de las que habla el Apóstol Mayor Fehr? Este es el tema de los próximos episodios de esta serie.
Foto: Michael Möller – stock.adobe.com