El ministerio (38): Ordenación de mujeres – las objeciones
“El apostolado decide que a las mujeres se les puede confiar autoridad ministerial”. En contra de esta resolución se han citado algunos versículos bíblicos. Sin embargo, se refieren menos a la autoridad que al encargo ministerial. Y la Iglesia también tiene esto en cuenta.
¿Mujeres y ministerio? El testimonio del Nuevo Testamento no es unívoco. La carta doctrinaria sobre la ordenación de mujeres incluida en el número especial 3/2022 de los “Pensamientos Guía” lo explica así: Hay enunciados que apuntan a una intensa participación de la mujer en la misión, en la vida de las comunidades y también en el Servicio Divino. Por el contrario, los testimonios posteriores prohíben a la mujer participar activamente en la vida de las comunidades.
Rechazo sin justificación concluyente
Los pocos enunciados negativos se encuentran principalmente en las llamadas cartas pastorales dirigidas a los colaboradores de Pablo. Estos textos tienen un carácter muy fáctico y temporal. Los rechazos se refieren a algunas actividades en la Iglesia. Pertenecen, por lo tanto, a ese aspecto del ministerio espiritual que la doctrina nuevoapostólica denomina “encargo ministerial”.
“Los testimonios del Nuevo Testamento que se pronuncian en contra de la participación de las mujeres en el Servicio Divino y la vida en la comunidad no ofrecen una justificación teológica sólida para ello”, subraya la carta doctrinaria. Faltan argumentos que expliquen por qué no se puede confiar a las mujeres un ministerio. Por lo tanto, la Biblia no aborda ni directa ni indirectamente el otro aspecto del ministerio espiritual, la autoridad ministerial.
¿Encargo, autoridad? ¿De qué se trata? ¿Por qué es importante?
Ministerio con autoridad y encargo
El ministerio espiritual incluye tanto la autoridad ministerial como el encargo ministerial:
- La autoridad ministerial es la legitimación basada en Jesucristo para obrar y hablar en el nombre del trino Dios.
- El encargo ministerial regula el derecho y el deber de ejercer la autoridad ministerial transmitida, en un marco de espacio y tiempo determinado.
La Iglesia Nueva Apostólica justifica teológicamente el hecho de que tanto hombres como mujeres puedan ser investidos de autoridad ministerial, con la igualdad de hombres y mujeres avalada por la Biblia: según el relato de la creación, Dios no hace distinciones en este respecto. Y según la epístola de Pablo, en Cristo “no hay varón ni mujer”, sino que todos son uno. Por eso, las mujeres pueden ser ordenadas en los tres niveles del ministerio –Diácono, Pastor, Apóstol– con sus diferentes autoridades.
Sin embargo, la Iglesia también tiene en mente el encargo ministerial y, al igual que las cartas pastorales, considera las dimensiones culturales. Pues el “encargo ministerial solo debe concederse allí donde encuentre aceptación en la comunidad y el consenso social, así como la legislación, lo permitan”, afirma la resolución básica.
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