No es un sueño inalcanzable: el reino de Dios está al alcance de la mano. Lo deberían sentir todos, dijo el Apóstol Mayor y encomendó a los creyentes la tarea de anunciar el retorno del Señor en palabras y obras.
En el Servicio Divino del 15 de septiembre de 2024 en Limete (República Democrática del Congo), al que fueron invitados los hermanos y hermanas de la comunidad, así como los adultos mayores de las comunidades vecinas, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider transmitió un encargo: “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 10:7). Explicó esta tarea en el transcurso del Servicio Divino.
Interpretar correctamente los signos
Los judíos esperaban un Mesías que sirviera al pueblo de Israel como rey y le trajera nuevo esplendor, fuerza y riqueza. Y entonces llegó Jesús y se comportó como el rey enviado por Dios: “Él les explicó la ley y la voluntad de Dios”, dijo el Apóstol Mayor. “Y para demostrar que era el enviado de Dios, hizo cosas que un hombre no puede hacer, que solo Dios puede hacer. Hizo milagros: curó a los enfermos, multiplicó el pan, resucitó a los muertos. Y dijo: Tus pecados te son perdonados”. Sin embargo, no toda la gente de la época de Jesús comprendió el significado de todo esto: “Ellos se detuvieron ante los milagros y no comprendieron los signos ni lo que significaban”.
Jesús declaró: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36). No vino para eliminar el mal del mundo terrenal y reinar en él, sino para decir a los seres humanos: “Yo he venido para la vida eterna. Para que podáis vivir por toda la eternidad en el cielo y en comunión con Dios”. Y todos pueden llegar allí. El Apóstol Mayor enumeró las condiciones:
- Arrepentirse: “Esto significa que tienes que reconocer tus errores y, sobre todo, tienes que cambiar”.
- Seguir la voluntad de Jesús: “Debes apartarte del pecado y hacer el bien”.
- Recibir los Sacramentos: “Para entrar en el reino de Dios, debes renacer de agua y del Espíritu, y recibir la Santa Cena”.
- Asemejarse más a Jesús: “Debes transformarte en Él y convertirte en una nueva criatura en Cristo”.
“El reino de Dios está cerca”, prometió el Apóstol Mayor. “No es un sueño inalcanzable. Puedes alcanzarlo”.
Recibir un encargo
Jesús envió primero a los Apóstoles y luego a todos sus discípulos a anunciar que el reino de Dios está cerca. “Hermanos y hermanas, este es hoy nuestro encargo: anunciar y predicar que el reino de Dios, el dominio de Dios está cerca”.
Jesús ya está obrando hoy: a través de sus Apóstoles en la Iglesia. “Gracias al Espíritu Santo, entendemos lo que Jesús quiso decir”, dijo el Apóstol Mayor. “Él está aquí para enseñarnos la voluntad de Dios, para ayudarnos a hacer la voluntad de Dios y para transformarnos en la imagen de Jesús”.
Mostrar: Jesús está en el corazón
Profesar la fe verbalmente está bien, “pero lo más importante es que demostremos con nuestra vida, con nuestro comportamiento, que el reino de Dios está cerca, porque Dios reina en nuestro corazón”. Es posible hacer la voluntad de Dios en cualquier momento y en cualquier lugar. “No son nuestras vidas y nuestras condiciones de vida las que deciden. No son la sociedad y las personas las que deciden. Quien toma las decisiones en nuestra vida es Jesucristo”, dijo el Apóstol Mayor y convocó a los hermanos y hermanas: “Mostrad que es posible hoy en la República Democrática del Congo, aquí y ahora, vivir según el Evangelio de Jesucristo”.
Mostrar: Jesús reina en su Iglesia
El hecho de que Jesús reina en la Iglesia de Cristo también debe demostrarse con hechos. “Los Apóstoles y los portadores de ministerio no proclaman sus doctrinas e ideas, proclaman la palabra de Cristo tal como está escrita en la Sagrada Escritura”, subraya el Apóstol Mayor. “Los Apóstoles y los portadores de ministerio no trabajan para su propia gloria, sino para la gloria de Jesucristo”.
Y para los hermanos y hermanas en general es importante amarse los unos a los otros. Jesús amó a los pecadores y exigió que amáramos incluso a nuestros enemigos. “Y es este Cristo el que reina en nuestra Iglesia. No el que quiere castigar a los pecadores, eliminar a los que piensan diferente y matar a los enemigos. Sino el Cristo que es paciente, lleno de gracia y bondad”. Por lo tanto: “Por la forma en que nos amamos unos a otros en la Iglesia, se puede reconocer que esta es la Iglesia de Cristo”.
Mostrar: Jesús viene pronto
Podemos hablar y cantar sobre el retorno de Jesús, “pero también debemos demostrarlo con nuestras obras, que realmente creemos que el Señor Jesús puede venir nuevamente hoy o mañana”. Esta urgencia puede hacerse visible: “Si realmente creo que el Señor Jesús puede venir hoy, no esperaré cinco años para perdonar a mi prójimo. Si creo que el Señor vendrá pronto, no esperaré dos años antes de hacer aquello que Él me diga”.
