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El Servicio Divino es trinitario desde el comienzo

marzo 24, 2016

Autor: Peter Johanning

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La característica de la comunidad cristiana que la diferencia de las demás grandes religiones del mundo es la fe en el trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los Servicios Divinos también son trinitarios en las Iglesias cristianas. El Servicio Divino nuevoapostólico comienza de esta manera.

«En el nombre de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo», así dice la fórmula de introducción en el Servicio Divino. No son palabras casuales. La invocación y adoración del trino Dios son más bien la tarjeta de ingreso a un Servicio Divino digno: ¡Dios está presente! Él vela sobre su pueblo, vela sobre su palabra.

Un primer voto por el Señor

Las primeras palabras de un Servicio Divino deben ser signficativas. Los participantes del Servicio Divino se levantan el domingo por la mañana de la cama, de la mesa del desayuno o en la semana vienen del trabajo y entonces se deben santificar. Encontrar la paz interior. Sentir la importancia de ese instante.

A través de la introducción trinitaria se anuncia lo que ahora sucederá: oración, prédica, cantos, festejo del Sacramento, ¡todo acontece en el nombre del trino Dios! Las personas no están reunidas en su propio nombre, sino en el nombre de Dios. El Pastor presenta un voto: lo que ahora viene, acontece en el nombre del Señor.

La invocación del trino Dios es casi una vertical: la mirada va de abajo hacia arriba, el concurrente al Servicio Divino reflexiona sobre el poder de Dios y el Pastor le ayuda con un fórmula de 2000 años de antigüedad a elevar los ojos del alma. Ya no es válida ahora la mirada horizontal, ya no vale un encuentro a la altura de los ojos como es habitual entre las personas, sino que la omnipotencia de Dios hace oscilar su péndulo en nuestra dirección.

A partir de ese momento ya no se trata de lo externo, ni del Pastor, ni de la cantidad de gente, ni de limitaciones humanas. Todo lo que sigue acontece en el nombre de Dios.

Proclamación de la presencia de Dios

«La introducción trinitaria no es parte de la oración inicial, sino una proclamación de la presencia de Dios. La oración, en cambio, es dirigirnos a Dios. Por eso entre la fórmula trinitaria y la oración inicial que le sigue, hay que introducir una pausa de aprox. 2-3 segundos». Así dice la explicación de la disposición litúrgica de la Iglesia Nueva Apostólica.

Antes la Iglesia agregaba un amén detrás de la fórmula como expresión de legitimidad. Pero no debe representar una oración, sino ser una invocación.

¿Qué pasa en esos instantes? En el Catecismo nuevoapostólico dice al respecto: «La Trinidad de Dios es un misterio. En la fórmula trinitaria «En el nombre de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo» no es utilizado el plural «los nombres», sino el singular «el nombre»: El Dios uno es el Dios trino» (Catecismo INA 3.1.1).

El Hijo de Dios ya indicó a sus discípulos que ellos debían bautizar «en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19). Al hombre se le hace difícil entender la Trinidad. Es más bien un principio de la fe. El trino Dios no es tres dioses diferentes, sino un Dios: aunque es tres personas (hipóstasis), no es tres naturalezas (sustancias).

La huella trinitaria en la Biblia

Hay que tomarse tiempo para estudiarlo. La Sagrada Escritura está llena de indicaciones sobre la Trinidad de Dios, aunque aún no formule una doctrina al respecto. La Doctrina de la Trinidad surgió recién entre el concilio de Nicea (325) y el sínodo de Toledo (675). Primero se tuvieron que vencer conflictos y luchas internas: ¿Es el Hijo igual al Padre o está subordinado a Él? ¿Tiene la misma naturaleza o una naturaleza similar? El sínodo de Toledo ha establecido: «El Padre es lo mismo que el Hijo, el Hijo es lo mismo que el Padre, el Padre y el Hijo son lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, por naturaleza un Dios» (Catecismo INA 3.2.3).

Se encuentran en Pablo las palabras con las que hoy culmina el Servicio Divino nuevoapostólico: «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros» (2 Corintios 13:14).

Trinitario es el comienzo del Servicio Divino, trinitario también el final.

Foto: Frank Schuldt

marzo 24, 2016

Autor: Peter Johanning

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