Bautismo, Santo Sellamiento, Confirmación. Para muchos, el “sí” a Dios fue hace mucho tiempo. Por eso es importante examinar cómo se sigue manteniendo esta promesa en la actualidad. El Apóstol Mayor explicó hace poco en un Servicio Divino de qué promesas se trata y cómo debemos examinarnos.
Muchas cosas se prepararon para el Servicio Divino del 10 de junio en Namwala (Zambia), muchos trabajos se realizaron en el período previo a la visita del Apóstol Mayor. “Ahora se podría pensar: ahora está hecho, ahora comienza el Servicio Divino, ahora podemos descansar y escuchar”, dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider al comienzo de su prédica. “Siento decepcionarlos. Hoy es el comienzo del nuevo trabajo: tenemos que escuchar la palabra y luego seguramente todos tendremos mucho trabajo en los próximos días y semanas para hacer lo que nuestro Padre celestial quiere de nosotros”.
Traer una parábola al presente
Dios quiere que los cristianos se examinen a sí mismos una y otra vez. El Apóstol Mayor lo ilustró con la parábola de Mateo 21:28-31: “Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero”.
Jesús criticó así a los líderes religiosos judíos que habían dicho “sí” a Dios y guardaban las leyes de Moisés, pero no aceptaban el mensaje de que Jesús era el Salvador. Por el contrario, muchos pecadores no respetaban la ley, pero creían en Jesús, cambiaban de opinión y se salvaban.
“Veamos hoy lo que esto significa para nosotros en el presente”, dijo el Apóstol Mayor. “Significa que nos examinemos a nosotros mismos”. Los cristianos nuevoapostólicos dieron su “sí” a Dios, a Jesús y al apostolado. “Ahora debemos examinarnos a nosotros mismos para ver en qué se ha convertido este ‘sí’”.
Autoexamen: ¿Sigo intentando vencer el pecado?
“Hemos prometido: Yo renuncio al diablo”, recordó el Apóstol Mayor. “Ahora examinémonos a nosotros mismos para ver hasta qué punto estamos decididos a vencer el pecado y renunciar al diablo”. A veces, algunos pecados son considerados más graves que otros. “Sobre todo, los pecados del prójimo son más graves que los propios”. A veces, uno piensa que Dios será misericordioso y perdonará tus pecados. “Pero eso no funciona. Tus pecados solo serán perdonados si los consideras graves y te arrepientes”. Y algunas personas tienen otras prioridades en la vida que luchar contra el pecado. “Hemos prometido a Dios que lucharemos contra el pecado, así que examinémonos en los próximos días”.
Autoexamen: ¿Sigo estando de acuerdo con el mensaje de Jesús?
“Hemos dicho ‘sí’ a Jesucristo y queremos seguirlo. Pero, ¿estamos realmente de acuerdo con el mensaje de Cristo?”, preguntó el Apóstol Mayor, enumerando palabras de Jesús para que cada uno pueda examinarse a sí mismo:
- “La salvación consiste en la vida eterna y no en riquezas terrenales”.
- “No se trata de respetar normas y leyes, sino de motivación y amor a Dios”.
- “No puedes ganarte la salvación, solo puedes salvarte por gracia”.
- “No he venido a castigar a los pecadores, sino a salvarlos”.
- “No he venido para salvarme, sino para servir”.
Autoexamen: ¿el apostolado sigue siendo importante para mí hoy?
“Hemos dicho ‘sí’ al apostolado”, recordó el Apóstol Mayor. Los Apóstoles anuncian el Evangelio, administran y dispensan los Sacramentos e interpretan la Biblia. “¿Seguimos estando de acuerdo con eso, o queremos imponer nuestra propia interpretación y nuestras propias ideas?”.
Todavía hay tiempo
El Apóstol Mayor preguntó a los hermanos en la fe: “¿Qué ha cambiado en tu corazón? ¿Amas más que hace dos o tres años? ¿Eres capaz de perdonar más rápidamente que hace cinco años? ¿Eres más semejante a Jesús que hace cinco años?”. Y recordó: “Hemos dicho ‘sí’ y cuando nos damos cuenta de que he cambiado mi opinión solo un poco, no es demasiado tarde para cambiar”.
El cambio, más fácil
La ayuda para hacerlo viene de Dios:
- “Jesús nos ayuda. Nos da su palabra”.
- “Cuando surge algo desagradable en nuestra vida, no es un castigo, es una propuesta de Dios. Él solo quiere que nos demos cuenta de que aún no somos perfectos”.
- “Nos da ejemplos por los que personalmente estoy muy agradecido. He conocido a algunos hermanos y hermanas y cuando veo su fe, la forma en que afrontan su situación, los admiro y me doy cuenta de que yo no podría hacer lo que ellos hacen”.