Color del sitio web:

apostles.today

“El sufrimiento no es necesario para la salvación”

mayo 1, 2024

Autor: Katrin Löwen

Imprimir
Escúchalo

El sufrimiento no es ni un deber ni una garantía para estar presentes en la resurrección. Y el sufrimiento de Jesús fue solo una etapa, seguida por la resurrección. El Apóstol Mayor explicó en un Servicio Divino cómo se puede seguir este camino.

Jesús anunció su muerte y su resurrección a los discípulos tres veces y, sin embargo, solo lo entendieron realmente cuando sucedió de verdad. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider utilizó uno de estos anuncios como base para el Servicio Divino del 10 de marzo de 2024 en Minden (Alemania): “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará” (Lucas 18:31-33).

Anuncio

El Apóstol Mayor comenzó preguntando por qué Jesús habrá anunciado varias veces su sufrimiento, muerte y resurrección. Con ello dejó demostrado:

  • “Pase lo que pase ahora, no sintáis miedo, todo está ya previsto por Dios. Él tiene todo bajo control”.
  • “No os preocupéis, no soy ingenuo, no soy tonto, sé exactamente lo que me espera”.
  • “Lo que sucederá es la voluntad de Dios, pero Él no me obliga a hacerlo. Los seres humanos tampoco me obligan. Si voy por este camino, lo hago porque estoy de acuerdo con transitarlo”.
  • “Aquí se refiere al profeta: El Hijo del Hombre –esto estaba claro para los judíos– era el mensajero de Dios, del que ya había hablado Isaías, que iba a venir y tendría que sufrir para liberar a los seres humanos del pecado”.
  • “El último mensaje que los discípulos pasaron completamente por alto, era: Sí, debo sufrir, debo morir, pero no os preocupéis. ¡Resucitaré!”.

Seguimiento

“Este es mi camino ahora, pero si queréis alcanzar la salvación, debéis seguir el mismo camino”, explicó Jesús. “Cuando uno lo escucha, suena terrible”, dijo el Apóstol Mayor. “Si queremos alcanzar la salvación de Jesucristo, debemos seguirlo. ¿Significa esto que ahora nos tienen que matar a todos, que todos tenemos que sufrir terriblemente?”. Todo claro, Jesús no exige eso.

Seguimiento no significa sufrir

“Por supuesto, muchos cristianos más tarde fueron perseguidos”, admitió el Apóstol Mayor. “Pero no todos los cristianos de entonces fueron perseguidos y murieron como mártires. También hubo cristianos en los primeros tiempos que no fueron perseguidos, que llevaron una vida completamente normal”.

“Hoy, lamentablemente –¡y esto nos preocupa mucho!– hay cristianos que son perseguidos a causa de su fe”. Pero, “no solo los cristianos son perseguidos”. Como el máximo dirigente de la Iglesia internacional, sabe que personas de todo el mundo son perseguidas por su origen étnico, su religión, sus opiniones o sus diferencias. “De ello deduzco que el sufrimiento no es necesario para la salvación. No hay que sufrir en la vida terrenal para ser redimido. Se puede prescindir de él. Los cristianos no sufren más que otras personas”.

A la inversa, también es cierto que los cristianos no están librados del sufrimiento. “No podemos suponer que nos irá mejor en la vida por ser fieles hijos de Dios”.

Tentaciones

El seguimiento conlleva desafíos. “El maligno, Satanás, el espíritu de abajo –llamadlo como queráis– quiere aprovecharse del sufrimiento terrenal para separarnos de Dios”, advirtió el Apóstol Mayor. “Pero también quiere aprovechar los buenos tiempos para separarnos de Dios”. Y no solo la “gente mala” de afuera trae la tentación. “A veces también viene de personas que están bien dispuestas hacia nosotros. Por eso Jesús insistió en que ni siquiera la familia más cercana debe llegar a ser más importante que la voluntad de Dios”. Sin embargo, “las mayores tentaciones vienen de nosotros mismos”.

Negación

“El Hijo de Dios habitaba en la gloria de Dios, su omnipotencia, su perfección” y, en su lugar, vino a la tierra como un ser humano débil para tener comunión con los seres humanos. A la inversa, esto significa: “Los seres humanos queremos llegar a Dios y debemos renunciar a ser nuestro propio Señor y Maestro y Dios”. Además, “negarse a sí mismo significa simplemente aceptar y hacer la voluntad de Dios, como hizo Jesucristo”. Y significa servir. Jesús lo demostró en el lavacro de los pies: “Seguir a Cristo y negarnos a nosotros mismos también tiene que ver con servir al prójimo”.

La manada pequeña

El Apóstol Mayor trajo a la actualidad la descripción de Lucas 12:32: “Los que siguen a Jesucristo tendrán menos ‘me gusta’ que los demás”, dijo. “Los que siguen a Jesucristo nunca estarán en la ‘corriente principal’, siempre pertenecerán al pueblo pequeño, porque en algún momento encontrarán incomprensión, resistencia, rechazo”. Hacer la voluntad de Dios a veces molesta a la sociedad. Pero, “eso no debería molestarnos. Estamos en buena compañía. Estamos con Jesucristo”.

Esperanza

Hoy ya podemos experimentar la comunión con Jesucristo, a pesar de los muchos sufrimientos que existen en la tierra. Jesús confronta a las preocupaciones por el futuro: “Te lo garantizo: vendrá la Primera Resurrección, está siendo preparada la novia del Señor, llegará el día del Señor. Confía en mí y sígueme”. Esta es quizá la parte más difícil del seguimiento a Jesús. “Pero continuemos en el seguimiento al Señor, vivamos según su voluntad, sirvámosle gustosos a Él y al prójimo: en la fe, en el amor y en la confianza en Dios. Entonces ya podemos experimentar hoy de un modo misterioso: Jesucristo está con nosotros, a nuestro lado, y cuando venga, nos llevará consigo. No es una promesa humana, es una verdad divina”.

mayo 1, 2024

Autor: Katrin Löwen

Imprimir