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Elegidos, ¿y ahora?

marzo 22, 2018

Autor: Oliver Rütten

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Escogidos, señalados, llamados, son conceptos centrales del Evangelio que incluyen y, a su vez, marginan. ¿Cómo es posible, si Dios ama a todos los seres humanos? Pensamientos de un Servicio Divino del Apóstol Mayor.

El primero de tres Servicios Divinos que condujo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en su viaje por África de fines de febrero fue celebrado en Camerún. El miércoles 28 de febrero de 2018 se reunió con los hermanos y hermanas en la fe en Yaundé. La prédica se basó en Apocalipsis 14:1: «Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente».

Reconocer la elección

Las explicaciones del Apocalipsis informan que Juan vio la comunión de los escogidos con Jesucristo después de su retorno. Los que participarán del retorno del Señor se pueden reconocer por tres factores, manifestó el dirigente internacional de la Iglesia:

1. No hicieron méritos: los elegidos no son escogidos por sus méritos ni por sus logros, sino exclusivamente por Dios.
2. No son un único pueblo. Los elegidos provienen de todos los linajes y todas las naciones.
3. Son numerosos, aunque limitados. Los elegidos son muy numerosos, pero limitados en número. Así interpretó el Apóstol Mayor Schneider la imagen de los 144.000.

Entender la elección

Aquellos que participarán en el retorno del Señor son elegidos porque:

1. Serán primicias: y con ello las primeras personas que «después de su retorno vestirán el cuerpo de resurrección de Jesús».
2. Conforman la novia de Cristo: «La imagen de las bodas deja claro que son los primeros en estar en estrecha vinculación con Jesús, los que vivirán con Él y compartirán todo con Él».
3. Sirven y reinan con Jesús: no gobiernan ni mandan a los hombres, sino que pondrán todas sus fuerzas «al servicio de la redención de los hombres».

Afirmar la elección

1. Los elegidos llevan el nombre de Dios. Pertenecen a Dios: «Jesús nos redimió con su sacrificio. El diablo no tiene ningún derecho sobre nosotros». Y los elegidos siguen su llamado: «Has llegado a ser un hijo de Dios porque Jesús te ha elegido personalmente y te ha redimido». Y reciben el don del Espíritu Santo: «Evidentemente esta señal es también el símbolo de la renovación por agua y Espíritu que hemos recibido a través del Santo Bautismo con Agua y el Santo Sellamiento».

2. Se abstienen de la idolatría. Pues los ídolos impiden acercarse a Dios: «Si la formación, el dinero y el éxito se vuelven más importantes para ti que Jesucristo, has elegido a un ídolo». De la idolatría también forman parte la creencia en brujas y el espiritismo: «Entonces ya no confiamos en Jesús, sino que buscamos la ayuda en otra parte». También los predicadores se pueden volver un peligro para la fe: «Esto también es idolatría, cuando los hombres se vuelven más importantes que Jesucristo». »

3. Siguen a Jesús. El seguimiento significa querer tener comunión con Jesucristo: «En el Servicio Divino. En la oración. Y especialmente en el festejo de la Santa Cena». Los elegidos obedecen a Jesucristo incondicionalmente: «Porque lo amamos. Porque queremos estar con Él». Y los elegidos llevan el mensaje de la salvación a extranjeros y pecadores: «Amamos al extranjero. Amamos a los débiles».

4. Son irreprochables. Los elegidos reconocieron sus pecados y se arrepintieron. La fe y la disposición al arrepentimiento hacen posible el perdón de los pecados: «Dios los pudo librar de sus pecados. Se volvieron irreprochables»:

5. Siguen a los Apóstoles. A través de los Apóstoles, los elegidos reciben el sello del Espíritu: «Es el apostolado el que prepara a la novia para el retorno de Jesús».

marzo 22, 2018

Autor: Oliver Rütten

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