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En foco 04/2025: Con amor y paciencia

25 03 2025

Autor: João Misselo

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Hacer el bien no es una tarea fácil. Porque hay cosas que nos la pueden hacer difícil. El Ayudante Apóstol de Distrito João Uanuque Misselo (Angola) nos explica cómo proceder.

Hoy vivimos en un mundo individualista: cada uno lucha por sus propios intereses. El aumento del individualismo, el egoísmo y el egocentrismo es aterrador, y vemos el resultado: la práctica del bien disminuye cada vez más. Y como Jesús predijo para este tiempo, la injusticia se está imponiendo y el amor se enfría en muchos (cf. Mateo 24:12). ¿Cuántas personas siguen preocupándose por su prójimo que pasa necesidades? La humanidad no cambió: “Yo trabajé duro, me esforcé, si él hubiera trabajado tanto como yo, no estaría en este estado”.

El lema “Es tiempo de hacer el bien” nos plantea a todos un gran reto. El Apóstol Pablo escribe en Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien”. Todos podemos cansarnos cuando hacemos una buena obra. La palabra de Gálatas quiere enseñarnos que hay cosas que siempre debemos estar dispuestos a hacer, aunque tal vez estemos un poco cansados. Ante la ingratitud de la gente, por ejemplo, podemos cansarnos de ser buenos con ellos. Pero no por ello debemos dejar de hacer el bien. El hecho de que las personas sean ingratas no debe cambiar nuestra actitud hacia ellas.

Recordemos a los primeros seres humanos que fueron colocados en el huerto de Edén y tenían todo a su disposición. Se volvieron desagradecidos, se resistieron a Dios y perdieron la comunión con Él. Sin embargo, por amor a su creación, Dios no los abandonó y sigue amando a todos los seres humanos y a su creación.

Jesucristo, exhausto y clavado en la cruz, no obstante encontró la fuerza para perdonar a quienes le habían causado tanto sufrimiento: “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:33-34).

Podemos preguntarnos: ¿Qué gano yo? El Apóstol Pablo nos da una respuesta clara: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo también segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9).

Nuestras obras serán bendecidas. “Es tiempo de hacer el bien”. El Señor Jesús viene en forma de niño, forastero, preso y huérfano. Mi esposa y yo hemos tenido personalmente buenas experiencias cuidando a medio huérfanos y huérfanos. No es una tarea fácil. Sin embargo, si obramos con amor, podemos prestar nuestra ayuda y apoyo en la educación y el buen desarrollo de los necesitados.

“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:10). 


Foto: Tim Schaefer-Rolffs

25 03 2025

Autor: João Misselo

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