El resultado cuenta, no sólo la voluntad. Ser fiel requiere determinación, explica el Apóstol de Distrito Michael Ehrich (Alemania del Sur) en la serie «En foco». Pensamientos sobre la consigna del año 2018.
La promesa: «Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida» (de Apocalipsis 2:10) no dice que uno puede ganarse el reino de Dios de cualquier manera. Esta palabra, más bien, habla del resultado de obrar fielmente en el sentir de Jesucristo y orientar nuestra vida en Él.
«Fiel» aquí significa «constante»: no por un rato, sino –como lo prometemos en el voto de la Confirmación– hasta el fin, en otras palabras, estar entregados al Señor en vinculación con Él en todas las circunstancias.
Forma parte de esto, por ejemplo, que
- nos esforcemos cada día en poner por obra la voluntad de Dios;
- seamos constantes en la oración, que no sólo nos dirijamos a Dios en situaciones de necesidad, sino que estemos vinculados con Él permanentemente;
- le demos a Dios el primer lugar en nuestra vida y lo sirvamos, que no sólo colaboremos en la comunidad cuando nos guste un proyecto o cuando podamos brillar a raíz de nuestra intervención;
- ejercitemos el amor y seamos indulgentes, que perdonemos setenta veces siete (Mateo 18:22) al que nos hizo una injusticia, o sea ¡cada vez!
Esta fidelidad a Cristo nos permitirá llegar a la meta de ser aceptados por gracia en su retorno.
Foto: NAK Süddeutschland