Orientar la vida en Jesús, estar siempre a disposición de sus hermanos y hermanas en la fe. Hay más de uno que se involucra con alegría en esta tarea, dejando de lado sus propias necesidades. El Apóstol de Distrito Edy Isnugroho (Asia del Sudeste) informa sobre Jonathan, un Anciano de Distrito que percibe esto como una riqueza personal.
Jonathan nació el 25 de septiembre de 1951 en Kebumen (Indonesia) en una familia nuevoapostólica. Su infancia transcurre en la aldea de Kedungwinangun. Más tarde va a Yogyakarta para estudiar. Terminados sus estudios encuentra un empleo en el área administrativa y se casa con una joven nuevoapostólica, Sinuk Warsinem. El matrimonio es bendecido con tres hijos. La familia puede vivir bien del trabajo de Jonathan. En la Iglesia recibe los siguientes ministerios para la comunidad de Gendeng: Subdiácono, Diácono y Pastor. Más tarde es colocado como Evangelista de Comunidad y Evangelista de Distrito para el distrito Yogyakarta.
Mudanza a 3000 kilómetros, de una isla a la otra
A comienzos de febrero de 2001, el Apóstol Yusak Saptohadiprayitno le pregunta por encargo del Apóstol de Distrito Alfons Tansahtikno, si está dispuesto a mudarse a Papúa, la parte indonesia de la isla de Papúa Nueva Guinea. El Apóstol de Distrito quería que fuese el sucesor del Anciano de Distrito local, que estaba por pasar a descanso ministerial.
Jonathan lucha consigo mismo. Pero con confianza en Dios y su alegría en la Obra del Señor accede y renuncia a su empleo, aunque le cuesta mucho. Luego se muda junto a su esposa a Sorong en Papúa. Sus hijos casi adultos se quedan en Yogyakarta.
En camino en moto, barco y avión
Es ordenado como Anciano de Distrito y emprende su trabajo con alegría. Sirve en las comunidades de Sorong y Raja Ampat en el oeste, Manokwari, Nabire y Timika en el centro hasta Biak y Jayapura en el este. Está permanentemente de viaje, ya sea en moto, barco o avión. Con amor sincero sirve a los hermanos y siervos, estando bien cerca de ellos. Juntos van edificando la Obra de Dios. Gracias a sus habilidades profesionales, consigue optimizar la administración de la Iglesia.
Aunque la mayoría de las personas en Papúa son cristianos, no resulta fácil acercarles la doctrina de los Apóstoles. Durante muchos años la Iglesia Nueva Apostólica es considerada allí como una secta, pero el Anciano de Distrito Jonathan actúa con valentía dirigiéndose con toda modestia a la Iglesia cristiana local y también a las autoridades. Dios bendice su lucha y la Iglesia Nueva Apostólica es reconocida oficialmente en Papúa.
Atención de la comunidad y reconocimiento de la Iglesia
Dirige el distrito con gran entusiasmo asegurando que las comunidades sean atendidas por sus propios siervos.
Con el tiempo sus fuerzas merman, su salud lo hace pasar por momentos difíciles. Sin embargo, sigue manteniendo su celo por su tarea y por el Evangelio de Cristo.
A consecuencia de ello, el Apóstol de Distrito Urs Hebeisen le pide que se ocupe de buscar a un sucesor entre los hermanos locales. Luego de encontrarlo y de haberlo preparado, llega el Apóstol de Distrito en octubre de 2016 a Manokwari en Papúa para colocar al Anciano de Distrito Jonathan en el merecido descanso ministerial.
Apoyo en la oración
Después del pase a descanso, él y su esposa regresan a Yogyakarta, Java. Se mudan a una casa en la aldea de Krakitan, Bantul, próxima a nuestra Iglesia, que sus hijos han preparado para ellos. El Anciano de Distrito quisiera visitar una vez más a los hermanos de Papúa, a los que sirvió durante 16 años, pero su estado de salud no se lo permite. Apoya a su sucesor, un Evangelista de Distrito, en todo lo que puede y ora mucho por él y los siervos del lugar.
Hasta aquí lo informado sobre Jonathan, quien creció con fe en Jesucristo y lo sirvió a Él y a los suyos con amor. Hoy todavía lleva una vida modesta, está débil y signado por la enfermedad, pero él y su esposa están muy agradecidos, pues Dios los ha bendecido espiritualmente en abundancia. Y parte de esta riqueza en Cristo la pudieron compartir con sus hermanos y con el prójimo.
Oramos para que el Anciano de Distrito (e.d.) sea sanado de su enfermedad o que Dios le dé las fuerzas necesarias para sobrellevarla.