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En foco 09: La cercanía de Dios en silencio

mayo 26, 2015

Autor: Rainer Storck

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Alegría en Cristo: para eso a veces hay que escuchar atentamente. Pues esta fuerza también se encuentra cuando se busca la cercanía de Dios en silencio. Lo pone en claro el Apóstol de Distrito Rainer Storck (Renania del Norte-Westfalia/Alemania) en su colaboración sobre el lema del año.

El año 2015 está bajo el lema: alegría en Cristo. En el Servicio Divino de Año Nuevo, el Apóstol Mayor nos sirvió a tal efecto con la palabra de Habacuc 3,18: «Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación». Recientemente me he dedicado al profeta Habacuc. No sabemos mucho sobre este varón de Dios y en la Biblia nos han sido transmitidos de él sólo tres capítulos. Habacuc probablemente vivió unos 700 años antes de Cristo, en un tiempo en el que el pueblo de Israel se había apartado completamente de Dios y no se atenía a sus mandamientos ni a las disposiciones divinas. El profeta recibió el encargo de convencer a los israelitas a que se convirtiesen. Debían arrepentirse y volver a atenerse a Dios.

Indagar cuál es la voluntad de Dios y cuáles son sus caminos

Esto era evidentemente muy difícil de hacer; pues el libro de Habacuc comienza con el enunciado de: «¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia,y no salvarás?» (Habacuc 1:2).Pero de alguna manera Habacuc venció la resignación o incluso la amargura que sentía al comienzo de su tarea y recibió para poder cumplirla las fuerzas provenientes de la alegría en el Señor.

¿Cómo llegó a ese desarrollo? Una indicación de ello podría ser lo que leemos en Habacuc 2:20. Allí dice: «Mas Jehová está en su santo templo, calle delante de él toda la tierra». Para cumplir con sus tareas, el profeta se recluyó en el templo, en el santuario de Dios, se retrotrajo por completo, se vinculó con Dios y procuró indagar en la oración cuál es la voluntad de Dios y cuáles son sus caminos.

El Señor peleará por vosotros

Hay varias indicaciones en la historia del reino de Dios, de cómo Dios ayudó a sus siervos en silencio. Aquí quiero mencionar otro hecho: es la situación del pueblo de Israel cuando estuvo parado ante el Mar Rojo. Poco antes había vivido la asistencia y la bendición de Dios, había superado las diez plagas en Egipto, había partido triunfal hacia la libertad, delante de ellos la columna de nubes y fuego. Pero luego los israelitas pasaron por esta situación aparentemente sin salida: detrás de ellos eran perseguidos por el ejército del faraón, delante de ellos estaba el mar. Estaban perdidos. Los gritos, la ira y la resignación eran grandes y se concentraban en Moisés. Sin embargo, este se quedó totalmente tranquilo, se atuvo a Dios esperando su asistencia. Replicó al pueblo: «Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos» (Éxodo 14:14). Luego Dios intervino haciendo un milagro para salvación de los suyos.

Tampoco nosotros en nuestras comunidades tenemos, en ocasiones, circunstancias fáciles. Aquí no me quiero referir a ellas en detalle, ya hemos hablado muchas veces al respecto. Pero por favor, en el futuro busquemos aún más en silencio la cercanía de nuestro Dios: en oración, en adoración, en entrega a Él y luego esperemos las indicaciones y los impulsos del Espíritu Santo.

Estoy seguro: el amado Dios nos ayudará. Más de una aflicción, desvalimiento e impotencia se transformarán entonces en alegría, en esta alegría en Cristo. Entonces tendremos fuerzas para cumplir nuestras tareas, pero también fuerzas para conformar debidamente nuestra propia vida junto a nuestros seres queridos.

Foto: Oliver Rütten

mayo 26, 2015

Autor: Rainer Storck

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