El lema para el año 2021 no solo se refiere a nuestro futuro, aunque sea eso lo que dice. Para todos nosotros debe ser una tarea dar forma al futuro ya ahora en el presente, dice el Apóstol de Distrito Jürg Zbinden (Suiza).
¡El lema anual para 2021 es una promesa! Se cumplirá para todos aquellos que estén dispuestos a hacer uso del presente, o -por decirlo de otra manera- a aprovecharlo: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:15-16). Así es como el Apóstol Pablo se lo hace saber a la Iglesia de Éfeso. Pide a los miembros de la comunidad que no se vuelvan insensatos, sino que sean entendidos de cuál es la voluntad de Dios. Este valioso consejo del Apóstol Pablo todavía es válido, y también lo es para nosotros.
Que en los días en que vivimos se ha multiplicado la maldad, lo sentimos cada vez más. El desacato a la ley se incrementa, y de ello se deduce que el amor de muchos se ha enfriado (cf. Mateo 24:12). Por cierto, Jesús no dice que el amor de todos se enfriará, sino el amor de muchos. De esta manera deja claro que, a pesar de todas las dificultades, es posible manifestarse en el amor a Dios y al prójimo, y hacerlo hasta el final: “Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mateo 24:13).
Dar forma al presente
Una persona creyente dijo una vez: “El que está seguro del futuro puede dar forma al presente”. Nuestro futuro no es algo que hayamos soñado; se basa en la promesa de Cristo de que vendrá otra vez y llevará con Él a los suyos a las bodas del Cordero. Después establecerá el reino de paz, en el que todos los que lo han seguido fielmente hasta el final podrán estar activos a su lado como el sacerdocio real.
Hoy debemos dar forma al presente de tal manera que se pueda cumplir la promesa de nuestro lema para el año. ¿Cómo es posible? Si nos decidimos día a día por el Señor, conformando siempre nuestra propia vida a Cristo como nuestro modelo y haciendo lo que el autor de la epístola a los Hebreos aconseja: “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (de Hebreos 12:1-2). Aquellos que están dispuestos a correr esta carrera de la fe también experimentan la ayuda del Señor: “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (de Mateo 28:20).
Confiar en Dios
También en el nuevo año podemos confiar en la ayuda de Dios en todo. No sabemos cómo se desarrollarán las condiciones del mundo en el que vivimos. Nos atenemos a la promesa de Jesús: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3). Este es nuestro futuro y nos llena de gran alegría y confianza, como ya pudo manifestar el profeta Isaías: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios” (de Isaías 61:10).
Foto: NAK Schweiz