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En foco 10/2018: Estado de fe inalterable

junio 5, 2018

Autor: Rüdiger Krause

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Quedar firmes en la fe, no sólo hoy y mañana, sino toda la vida. El que hace este llamamiento es el Apóstol de Distrito Rüdiger Krause (Alemania del Norte y del Este).

En el Servicio Divino de Año Nuevo 2018, nuestro Apóstol Mayor explicó que ser fieles a Cristo se evidencia siguiendo su ejemplo, siendo constantes en el amor, sirviéndolo fielmente y, por último, cumpliendo nuestras promesas. Esto a veces puede ser un desafío. Pero, en definitiva, esta actitud tan clara en la fe nos llevará a la meta de nuestra fe.

Ser fiel es una virtud que se vincula con nuestra voluntad. Se evidencia cumpliendo lo que hemos prometido y también ajustándonos a las obligaciones contraídas. Por eso, ser fiel también tiene que ver con la paciencia. Atengámonos entonces pacientemente a lo que el Señor nos ha confiado.

Leí acerca de una personalidad del siglo XVIII, María Durand, una protestante francesa (hugonota). Con apenas 19 años fue encerrada debido a su fe cristiana reformada. Muchas veces se le ofreció desistir de su fe para poder ser liberada. Rechazó este ofrecimiento. Año tras año se anotaba detrás de su nombre en la lista de presos: «Estado de su fe: inalterable». Después de 38 años en cautiverio y al finalizar la persecución de los hugonotes, fue liberada. Luego le quedaron sólo unos pocos años de vida, falleciendo en el año 1776.

«Estado de su fe: inalterable». Esta anotación me conmovió. La fidelidad también tiene algo que ver con la firmeza. Ella quedó fiel a su fe a pesar de que en la mayor parte de su vida tuvo que atravesar circunstancias difíciles. No estuvo dispuesta a renunciar al Señor Jesús para ser liberada.

En virtud de este ejemplo debemos preguntarnos en el buen sentido: ¿Es inalterable el estado de nuestra fe? Que quede inalterable en nuestro corazón la fe

  • de que el Hijo de Dios se hizo carne,
  • de que anunció el alegre mensaje,
  • de que a través de su sacrificio también hizo morir la potestad, el poder y la irrevocabilidad del pecado, y
  • de que resucitó y subió al cielo, desde donde vendrá nuevamente.

Que en este sentido nuestro «estado de fe quede inalterable». Nuestro Dios eterno nos sabrá proveer. Su Hijo Jesucristo hará efectivo también en este nuevo período el poder de su sacrificio en el perdón de nuestros pecados y vendrá nuevamente.

Foto: Oliver Rütten

junio 5, 2018

Autor: Rüdiger Krause

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