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En foco 14/2018: «Quedar fieles aun cuando las cosas se ponen difíciles»

agosto 14, 2018

Autor: Jürg Zbinden

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¿Qué hacer cuando alguna vez las cosas se ponen difíciles? ¿Esconder la cabeza bajo la arena? ¿Rendirse? ¿Dejar la fidelidad de lado? El Apóstol de Distrito Jürg Zbinden recomienda quedar fieles con todo y a pesar de todo.

Recientemente en el aeropuerto de Viena (Austria): El tiempo que tenía para cambiar de avión era muy corto, me movía rápidamente hacia la próxima puerta de embarque, llegué allí sin aliento, ¡sólo para escuchar el aviso de que mi vuelo había sido cancelado por problemas técnicos! Muchos pensamientos se dispararon en mi cabeza: «De ahora en adelante tomaré otra compañía aérea». «¿Por qué me tiene que pasar a mí?» y muchos más. Pero después de tranquilizarme un poco venció la lealtad del consumidor y me dije: «Tantas veces no pasa», «en otras compañías también puede suceder» y «en realidad estoy bastante conforme».

Y antes de que se me quiera acusar de comodidad o de falta de otra alternativa, lo que en este caso no fue así, es sólo un hecho de la vida cotidiana. En la vida de fe y en la comunidad nos encontramos ante situaciones parecidas. Los errores suceden –las cosas no ocurren como yo lo esperaba–, Dios permite algunas cosas, ¿por qué justamente yo? … y ya caemos en la tentación de dejar la fidelidad a nuestro Señor de lado.

En Salmos 73:23-24 se describe cómo es quedar fieles con todo y a pesar de todo: «Con todo, yo siempre estuve contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria». Una hermosa descripción del ser fiel mutuamente. No es un asunto de un instante, sino el resultado de una relación desarrollada a lo largo del tiempo.

Si nos fijamos bien, el sentirse defraudado por Dios significa en realidad que hemos partido de ideas equivocadas. Ejemplo: Los discípulos que por las aparentemente «duras palabras» (Juan 6:60 ss.) dejaron a Jesús. Lo habían entendido mal y por eso se escandalizaron por Él.

Una y otra vez me encuentro con hermanos y hermanas en la fe inmersos en situaciones muy difíciles y sin ninguna perspectiva (enfermedad, problemas financieros) y, a pesar de todo, dicen con convicción: «Pero la fe no dejo que me la quiten, ¡quedo fiel al Señor!». Hace poco me dijo un joven hermano en la fe con cáncer en el estadio final y sin posibilidades de curación: «Confío en Dios. ¡Él siempre hace todo bien!». Entonces nos miramos a los ojos y nos abrazamos entre lágrimas.

Mi conclusión de todo esto: Si la fidelidad a Dios se basa en experiencias del amor divino, una fe firme y un reconocimiento profundo, no puede ser destruida.

El ser fiel es parte de la naturaleza del trino Dios. Como sus hijos, también tenemos esta característica esencial.

agosto 14, 2018

Autor: Jürg Zbinden

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