
Citamos muy a menudo la misericordia de Dios y cantamos muy a menudo sobre ella. Pero ¿cómo se exterioriza? ¿Y cómo respondemos a ella? Los Servicios Divinos de los cinco domingos de marzo lo explican.
Dios cubre con gracia
Es la escena clave: “Y Jehová Dios hizo a hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (Génesis 3:21). Los seres humanos se apartan de Dios y de allí en adelante viven alejados de Dios.
La vestimenta que Dios mismo confecciona es un símbolo de su amor y cuidado. Él sigue cuidando de los seres humanos e incluso trata de devolverlos a su absoluta cercanía. Porque los seres humanos no pueden llegar allí por sí mismos.
El Servicio Divino del segundo domingo, el 9 de marzo de 2024, se centrará en la desnudez que Dios cubre a través de su gracia y en cómo los creyentes pueden a su vez “vestir” a su prójimo.
Dios sana todo sufrimiento
La semana anterior, la atención se centrará en hasta dónde llega la misericordia de Dios. Porque no solo en este mundo las almas experimentan aflicciones lejos de Dios, sino también en el más allá. Aquí y allá, hay resentimiento, dolor, remordimiento, decepción, soledad y falta de esperanza.
Dios quiere sanar todo esto de una vez por todas a través de la vida eterna. Los Sacramentos desempeñan un papel esencial en el camino hacia esta salvación, tanto para los vivos como para los muertos. Pues estos signos visibles de las acciones invisibles de Dios construyen una nueva relación con Dios.
La fe necesita paciencia
Adversidad, no es exactamente una palabra moderna. Se refiere a cualquier cosa que pueda apartar a un cristiano de su fe, hoy en día, por ejemplo, decepciones, dudas y confusión en la fe. La paciencia y un corazón fuerte son necesarios para permanecer fieles a la causa de Cristo.
El tercer domingo de marzo nos ofrece un ejemplo de ello con la historia de Job. Su ejemplo lo demuestra: Quien desafía la adversidad vuelve a acercarse a Dios. Y se mantiene en el camino hacia el futuro prometido sin adversidades, es decir, en perfecta comunión con Dios.
El agradecimiento muestra misericordia
“Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso”. Este es el pasaje bíblico de Lucas 6:36 para el Servicio Divino del cuarto domingo del mes. Dios muestra su misericordia a través de su gracia, su compasión y su paciencia, entre otras cosas.
Los creyentes muestran su agradecimiento, siendo también misericordiosos con sus semejantes. Y esto se expresa en la indulgencia hacia las debilidades del prójimo, la compasión hacia las personas necesitadas emocional o materialmente y la paciencia en su compromiso con la causa de Jesús.
En tiempos buenos y malos
El último domingo de marzo también trata de la perseverancia: “Seguimos a Jesús, nuestro Redentor, tanto en los buenos tiempos como cuando nos toca sufrir” es el mensaje central de este Servicio Divino. Esto incluye la convicción de que el camino no estará exento de sufrimiento, pero que conducirá a la vida eterna donde no habrá sufrimiento.
En el camino, se necesita la valentía para anunciar el Evangelio viviéndolo. Porque es precisamente un mundo dominado por el éxito, la autorrealización y la falta de compromiso, el que necesita el mensaje del amor de Dios por todos los seres humanos.
Este Servicio Divino anuncia el comienzo del tiempo de la Pasión: nos acercamos a la Pascua.
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