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Equipo de trabajo alemán-angoleño

julio 7, 2018

Autor: Oliver Rütten

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«¡Acércate más! No, pero no con la cámara. ¡Con el zoom!», le indica Tim Schaefer-Rolffs al camarógrafo con el chaleco negro. Pero este ya se adelantó y está parado directamente frente al altar.

Tim Schaefer-Rolffs trabaja en la administración de la Iglesia Nueva Apostólica Alemania del Oeste. El Pastor y padre de familia de 37 años de edad es responsable en su Iglesia regional de la administración del sistema informático y la tecnología para los eventos. Esta tarea lo lleva reiteradamente a grandes iglesias y auditorios. En muchos Servicios Divinos, jornadas para la juventud y grandes eventos realizados en Alemania se ocupa, junto con otros hermanos y hermanas, de conseguir imágenes claras y buen sonido.

Por una semana en África

Hay preparada para él una tarea especial en la segunda semana de junio: por 184 horas y 20 minutos vive y trabaja en suelo angoleño; a 6700 kilómetros de distancia de su hogar. Y coordina la primera transmisión de un Servicio Divino con estación emisora y receptora en Angola vía Televisión por Protocolo de Internet (IPTV). La transmisión por Internet fue acordada con motivo del pase a descanso de los Apóstoles Manuel Eduardo Mbuta y José Ndombele Danu, dos pioneros de la Iglesia en Angola. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider despide el domingo 10 de junio de 2018 a estos portadores de ministerio de tantos años de labor, colocándolos en descanso al haber alcanzado el límite de edad. 23.000 participantes en el estadio, otros 14.000 participantes en 25 comunidades en Angola participan del Servicio Divino emitido desde Luanda.

250 kilogramos de equipamiento en el equipaje

Pero primero hay que empacar todo en Alemania. Poca ropa pero muchísima tecnología: siete valijas grandes y cuatro pequeñas ruedan hacia el mostrador de entrega de equipaje. Entre otras cosas, contienen dos cámaras de control a distancia, una cámara de mano, cientos de metros de cable, adaptadores… la lista es larga. El Pastor Schaefer-Rolffs también lleva un «regalo»: para el equipo ELA de Angola hay 50 nuevos cables XLR. Los cables viejos tienen entretanto tantas roturas que ya no pueden utilizarse.

Trabajo en equipo en el campo de juego

Localmente el trabajo en conjunto funciona muy bien, en lo personal y en lo técnico: once personas forman el grupo ELA de la INA Angola que despliega en el campo de juego su consola mezcladora, micrófonos y el resto del equipamiento. De Alemania el Pastor Schaefer-Rolffs trae cámaras, cables y otros accesorios. Y de la instalación de los grandes y pesados parlantes se ocupa una firma externa.

Esto último se logra hacer recién en el segundo intento, recuerda el huésped de Alemania. Cada uno de los parlantes estaba colgado de un andamiaje muy alto, el cual primero estaba posicionado incorrectamente. «En Europa hacer ese cambio indispensable hubiese sido motivo de quejas por tener que instalar todo de nuevo», observa el técnico experimentado en salones. En Luanda, en cambio, se pararon diez hombres junto al andamiaje y tiraron unas pocas veces, de golpe y con fuerza, de la estructura del audio. Listo. «Uno incluso tenía puesto un casco», sonríe Schaefer-Rolffs en reconocimiento, acordándose de las disposiciones europeas sobre seguridad.

Se vuelve problemática la entrega de las cámaras encargadas que todavía no llegan. Tres unidades deben llegar al estadio el viernes, con conexión HD-SDI o HDMI. Finalmente es recibida una sola cámara y esta con interfaz analógica. Sin embargo, Schaefer-Rolffs coloca cable para las seis cámaras planeadas y comienza las tomas de prueba. ¿Llegará a tiempo el resto del material?

Transmisión por Internet sin Internet

Para la emisión de la transmisión por IPTV se necesita una velocidad de subida de datos como mínimo de 1,5 Mbit/s, explica Schaefer-Rolffs. En la medición del sábado al mediodía el especialista informático constató que había sólo 0,4 Mbit/s de subida. Demasiado poco para la transmisión. En la recepción del estadio, Schaefer-Rolffs examina la conexión. Aquí no hay, como prometido, un cable de fibra de vidrio, sino un simple cable coaxial. Ya no se puede cambiar nada más.

El sábado por la noche se da inicio al plan B. El técnico de Alemania tiene en su valija un router LTE. La tarjeta de telefonía móvil apropiada la compra un hermano en Luanda. Angola tiene una red de telefonía móvil bien desarrollada. Pero la tarjeta LTE que le es entregada provee sólo 0,4 Mbit/s de subida, lo que resulta insuficiente. Se compra la tarjeta, se carga el volumen de datos, pero no se efectúa el registro mediante el documento de identidad. «Entonces empecé a transpirar, no por el calor, pues en ese momento teníamos un verdadero problema», recuerda Schaefer-Rolffs. Nos ayuda un hermano angoleño. Trabaja en una empresa de telefonía móvil y pone a disposición su router con la tarjeta: ¡20 Mbit/s de subida! Schaefer-Rolffs suspira aliviado. En pocas horas comienza el Servicio Divino.

Montar, empacar, montar

Un gran ventilador de pie está volcado junto a las instalaciones técnicas. No es que se cayó, sino que se lo volcó deliberadamente. Las paletas rotan con un suave zumbido aportándole el aire fresco necesario a la tecnología de ELA con 36 grados de temperatura exterior. Tim Schaefer-Rolffs se sonríe aun días después y explica: «¡Refrigeración activa! ¡Ellos siempre proceden así!».

Bien tarde ese sábado por la noche la atmósfera se pone frenética: hay que desmontar una vez más por completo toda la tecnología. Durante el día hace mucho calor y el clima es seco, por la noche refresca a 10 grados y con un 70 por ciento de humedad en el aire todo está tan mojado que a la mañana siguiente hay agua sobre la mesa desde donde se dirige la transmisión. Para que los equipos no se dañen, se desmontan las cámaras, se envuelven los carretes de los cables con bolsas de plástico y se los cubre con cintas adhesivas para que no pase el agua, … y el domingo por la mañana se vuelve a montar todo. En un estadio abierto es todo distinto a un auditorio cerrado.

Las últimas seis cámaras son entregadas el domingo por la mañana 20 minutos antes de que comience el Servicio Divino. Que luego en el Servicio Divino se transmita desde esa cámara, la última entregada, figurando en la imagen el menú en pantalla con datos sobre el factor zoom y la indicación de que falta la tarjeta SD, al no poder cambiarse ya esta configuración en el menú, no le molesta. «Y bueno, tiene que quedar así».

Por favor, ¿puede el camarógrafo mostrar sólo el altar?

Durante el Servicio Divino, Schaefer-Rolffs está en la mesa de dirección de video, mueve al mismo tiempo dos cámaras por control remoto y vía intercomunicador está conectado con los demás camarógrafos. Todo transcurre como está planeado, hasta que 20 minutos después de comenzar el Servicio Divino el Apóstol Mayor de repente interrumpe su prédica: «Por favor, ¿puede el camarógrafo mostrar sólo el altar, no la comunidad?». Un camarógrafo externo, que hasta ahora nunca había filmado en Servicios Divinos, había ido hasta las tribunas con su cámara móvil y mostraba primeros planos de los participantes del Servicio Divino. Algo nada habitual, pero que también se corrige rápidamente.

Participantes del Servicio Divino que bailan felices

Después del Servicio Divino, los hermanos y hermanas en la fe cantan y bailan en el estadio. El técnico alemán está fascinado por este entusiasmo. Junto con muchos otros sostiene en alto su Smartphone y captura impresiones. Una prueba en video de esta alegría.

«Fue toda una aventura, pero logramos que salga bien», resume el Pastor Schaefer-Rolffs su labor de una semana. Es importante que además del plan A y el plan B, uno también tenga además preparado un plan C. Entonces los pequeños imponderables también se pueden solucionar rápido.

El martes a la mañana a las 7 horas aterriza el Pastor Schaefer-Rolffs en el aeropuerto de Fráncfort. «Hermanos alegres, relajados y muchas experiencias estupendas», es la impresión que trae de vuelta, pero también el reconocimiento: «Aquí en Europa uno a veces se queja a un muy alto nivel».

julio 7, 2018

Autor: Oliver Rütten

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