En la Iglesia regional EE. UU., todos los futuros portadores de ministerio pasan por un nuevo proceso de preparación. Alberto Márquez fue uno de los primeros en ser preparado mediante este proceso para la ordenación y el servir. Desde mayo de 2022 está activo como Diácono en la comunidad Bronx (EE. UU.).
Por favor, preséntese brevemente.
Crecí en una pequeña ciudad del sur de EE. UU., en Harlingen (estado norteamericano de Texas), cerca de la frontera con México. Estudié ingeniería civil con especialización en “construcción y diseño de estructuras” y me trasladé a Nueva York, una “meca del diseño”, tras terminar mi máster. A mi esposa Emily y a mí nos encanta viajar, hacer senderismo y probar comidas nuevas. Cuando tengo tiempo, me gusta andar en bicicleta, la jardinería o la lectura. También tenemos un perro.
¿Cómo llegó a la fe nuevoapostólica?
A través de mi esposa Emily. Nos conocimos en un restaurante donde yo trabajaba a tiempo parcial como camarero durante mis estudios. Habiendo sido criado como católico, en realidad quería tomarme un descanso de la pertenencia activa a una Iglesia. Para mí, Emily se convirtió en un gran ejemplo del amor y de la comunión que encontramos en la Iglesia. La pasión que vi en muchos portadores de ministerio fue un faro del amor de Dios también en mi vida.
Usted fue uno de los primeros en pasar por el proceso de preparación de cinco pasos, recientemente establecido en su Iglesia regional, en el período previo a la ordenación. ¿En qué medida lo ayudó personalmente?
Creo que me ayudó a familiarizarme aún más con el Catecismo de nuestra Iglesia y me dio mucho que pensar. Tanto este tiempo como el enfoque en las redes junto a otros nuevos portadores de ministerio me parecieron valiosos e inspiradores.
El primer paso en el proceso de preparación consistió para usted en una conversación con el dirigente de comunidad, que previamente había hablado con el Apóstol sobre cómo usted podría contribuir en la comunidad con los dones que Dios le ha dado. ¿Cómo vivió esa conversación?
Incluso antes de que me asignaran un encargo ministerial, ya participaba activamente en la comunidad. Así que primero pregunté por qué necesitaba ser un portador de ministerio. Mi Evangelista se tomó mucho tiempo, mostró mucha paciencia y fue capaz de transmitirme en varias conversaciones el valor de servir en la Iglesia.
El segundo paso consiste en una conversación detallada con el dirigente de comunidad, explícitamente sobre el ministerio, a la que también se invita al cónyuge. ¿Cómo reaccionó su esposa?
Mi esposa se implicó desde el principio, se mostró reservada y oró mucho. Una de nuestras principales preocupaciones y preguntas era sobre mis futuras responsabilidades. Las conversaciones entre nosotros duraron unos meses hasta que ambos nos sentimos preparados para el ministerio.
En este punto, dentro del segundo paso, el dirigente de comunidad completa las formalidades presentando una solicitud de ordenación. ¿Cómo se estructura el siguiente paso?
El tercer paso del proceso de preparación incluye varias sesiones de formación en línea. Hay que completarlas en un periodo de hasta tres meses. Aunque ya tenía algunos conocimientos teológicos, aprendí bastante. Si tenía alguna duda, podía ponerme en contacto con mi dirigente de comunidad o con nuestro Apóstol.
El cuarto paso es la conferencia anual de futuros portadores de ministerio, al menos así se comunica en la descripción del proceso de preparación. ¿Cómo la vivió?
Fue un fin de semana muy ajetreado, con muchos talleres y sesiones de debate. Durante la conferencia fue especialmente agradable ver cuánto empeño ponen nuestro Apóstol de Distrito y nuestros Apóstoles en la formación de los nuevos portadores de ministerio. También tuve el placer de conocer a nuestros tres Apóstoles recién ordenados el año pasado. Además, me alegró conocer a otros hermanos, entre ellos algunos que habían emigrado recientemente a nuestro país. El fin de semana que pasamos juntos fue una verdadera bendición.
El quinto y último paso es la ordenación. En su caso, fue antes de la conferencia con los nuevos portadores de ministerio. ¿Cuándo exactamente?
Mi ordenación tuvo lugar el 29 de mayo de 2022 en la comunidad Bronx y fue realizada por el Apóstol Fendt. Desde entonces siempre fui consciente del nivel de responsabilidad que asumí con ello.
¿Cuál fue su mejor momento en su primer año como Diácono? ¿Y qué significa el ministerio para usted?
Fui llamado a servir con la palabra bíblica de Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Esto fue muy especial para mí porque me aprendí este versículo de memoria cuando era niño y nunca lo olvidé desde entonces. Para mí personalmente, servir en el ministerio no es solo una bendición para los hermanos y hermanas en la fe, sino también una bendición para mí y mi familia.
Esta entrevista apareció originalmente en una versión más larga en la revista “Nuestra Familia”, edición 11/2023 .