¿Marcha triunfal al salón de las bodas? Es muy difícil: no sólo el hombre, sino también la Iglesia están pasando por aflicciones. Lo hace ver el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider y enfoca la mirada hacia la meta de la fe – en un Servicio Divino que llevaba especialmente en el corazón.
En distintas expectativas se concentró la prédica que ofició el Apóstol Mayor el Domingo de Ramos, el 29 de marzo en Hamburgo-Lurup (Alemania). Le sirvió como base el texto bíblico de Juan 12:14-16: «Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito: No temas, hija de Sion; he aquí tu Rey viene, montado sobre un pollino de asna. Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho».
Espera y desilusión, en ese entonces
Primero el Apóstol Mayor Schneider se refirió a la expectativa de las personas que daban gritos de júbilo cuando Jesús entraba en Jerusalén: unos sentían curiosidad por ver al que había resucitado a Lázaro de la muerte. Otros esperaban que Jesús los liberase de la ocupación romana. Y los devotos pensaban que volvería a establecer el reino de David y así demostrar que Israel era el pueblo elegido de Dios.
«¿Y qué sucedió? ¡Nada!», siguió diciendo el Apóstol Mayor. «Así todas las expectativas se vieron defraudadas y se rechazó al Señor». También los discípulos estaban atribulados. «Ellos habían reconocido que Jesús era el Hijo de Dios. Y entonces Jesús les dijo: Tengo que padecer, tengo que morir». Igualmente permanecieron. «Porque siguieron los impulsos del Espíritu Santo».
Espera y desilusión, en la actualidad
«Ahora llegamos a nuestro tiempo». También aquí el Apóstol Mayor Schneider ve muchas expectativas: «Se espera de Dios que haga milagros». Debe ayudar a las personas que pasan por necesidades, enfermedad y guerra. «Nosotros como cristianos a veces también tenemos la esperanza de que el amado Dios finalmente muestre quiénes son sus elegidos». La Iglesia de Cristo debe ser exitosa, se piensa. ¿Y en la Iglesia Nueva Apostólica? «Nos hacemos la idea de que la novia del Señor tiene que entrar en el reino de Dios en medio de una marcha triunfal. La Iglesia es cada vez más grande, más hermosa, más fuerte y luego triunfa y entonces viene el Señor».
«En la realidad esto es un poquito diferente», señaló el Apóstol Mayor indicando a las tribulaciones actuales. En muchas partes, ante todo en Europa, la fe cristiana está en retroceso, la Iglesias se vaciaron. No obstante, la cuota de concurrentes de los Oficios de la Iglesia Nueva Apostólica es buena comparándola con las demás. «Pero se nota que va en disminución. Entonces uno se siente desilusionado, a veces un poco atónito, otras un poco desorientado».
Los impulsos del Espíritu Santo
«Esto es porque pensamos un poco demasiado humanamente», explicó el Apóstol Mayor Schneider. «Todos fuimos formados así por la sociedad: si tienes un buen producto y una buena estrategia, entonces debes ser exitoso. Si no funciona, o el producto o la estrategia no son buenos». Sin embargo, «Jesucristo no es un estratega, el Evangelio de Jesucristo no es un producto y la Iglesia no es una empresa. Lo importante son los impulsos del Espíritu Santo».
¿Y qué nos dice el Espíritu Santo? Las respuestas del Apóstol Mayor:
- El Espíritu Santo lleva al reconocimiento de Jesucristo. «Nosotros nos acercamos cada vez más al Señor Jesús. Y el que ama a Jesús, queda con Él, venga lo que venga».
- El Espíritu Santo nos recuerda la doctrina de Jesús y la de los Apóstoles, también en lo que respecta a la tribulación y la aflicción. «He aquí, todo ya ha sido dicho».
- El Espíritu Santo nos alienta a imitar a Jesús y permanecer en el seguimiento a Cristo.
Resurrección después del tiempo de pasión
«La resurrección sólo es posible si antes estuvo el tiempo de pasión», acentuó el Apóstol Mayor Schneider. Entre esos padecimientos está la tribulación puramente personal, pero por el otro también la aflicción que vive la Iglesia y finalmente aun las situaciones que suceden en las comunidades. «Cada vez es más complicado mantener la fe, cuesta y hay que luchar para quedar fieles a pesar de las desilusiones».
«¡Después del tiempo de pasión viene la resurrección!», apela el Apóstol Mayor.
- «No os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese» (1 Pedro 4:12).
- «Simplemente sigamos el impulso del Espíritu Santo»
- «Piensa en Jesucristo, ámalo, óyelo, síguelo, permanece fiel».
Pues: «Quien permanece fiel hasta el fin, vivirá la resurrección».