Duelo en París: en la segunda semana posterior a los sangrientos atentados, la gente sigue acudiendo a los lugares de los hechos que tienen cerca. Entre los vecinos también está la comunidad central nuevoapostólica. ¿Cómo lo afrontan los hermanos y hermanas?
Domingo por la tarde, un grupo de jóvenes está parado frente al bar «La Belle Équipe» cantando: «Abro la puerta de mi corazón» y «Más cerca, oh Dios, de ti» es el nombre de los cantos. Los transeúntes se detienen, oyen, algunos toman su celular para sacar una foto. Las montañas de flores frente al bar muestran que allí pasó algo terrible.
«La Belle Équipe» fue uno de los ocho lugares de los hechos en París, en los que terroristas islámicos el 13 de noviembre de 2015 mataron a unas 130 personas. Los jóvenes dejaron 19 rosas, una por cada una de las víctimas de ese lugar. Luego los jóvenes regresaron a la iglesia, la comunidad nuevoapostólica París-Centre, ubicada a 200 metros del lugar.
Volvieron a realizarse Servicios Divinos
Con dolor y consternación reaccionaron los hermanos a la serie de atentados del viernes de la anteúltima semana. Y con una medida de seguridad: al domingo siguiente las dependencias de la comunidad permanecieron cerradas. Pero ya el miércoles siguiente, el 18 de noviembre, volvió a haber Servicio Divino.
Por carta se dirigió el Apóstol de Distrito Bernd Koberstein a sus protegidos franceses: «¿Qué hacer en circunstancias así?», escribió. «Hagamos como los niños pequeños. Cuando les pasa algo malo, en seguida corren hacia su mamá, hacia su papá. Nosotros vamos a nuestro Padre celestial, ponemos nuestra pequeña mano de niño en su gran mano paterna. Así oramos juntos, por nosotros, por las víctimas y por todas las personas enlutadas».
No condenar, sino orar
A la oración también se refirió el Obispo Pierre Fetter el domingo 22 de noviembre. Había llegado a París para documentar el apoyo especial de la Dirección de la Iglesia a esta comunidad. El Servicio Divino se basó en el texto bíblico de Romanos 8:38-39: «Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro».
A la tarde de ese domingo tuvo lugar una hora de juventud del distrito París-Norte en la comunidad. En esa ocasión, los jóvenes visitaron el lugar del hecho en la vecindad, cantaron y depositaron flores. «Nunca vi a nuestros jóvenes tan conmovidos», informa el encargado de la juventud del distrito, el Pastor Vianney Fullhardt, acerca del trayecto de regreso a la comunidad. Hubo en esos momentos intensas conversaciones: «Entre otras cosas hablamos de no condenar a los autores del atentado, sino que queremos orar por ellos».