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Forjando la paz

septiembre 21, 2020

Autor: Peter Johanning

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“Si Dios con su paz en mi alma está”, un himno muy cantado en las Iglesias cristianas. Estar en paz con Dios es ciertamente lo primero en la lista para los cristianos, pero ¿qué sucede con la paz entre ellos? Una reflexión sobre el Día Mundial de la Paz.

Horatio Gates Spafford nació en 1828 en Troy, estado de Nueva York, Estados Unidos. El abogado, que se había convertido en un rico propietario de bienes raíces en Chicago, perdió todas sus posesiones en el infame “Gran Incendio de Chicago” de 1871 y planeaba mudarse a Inglaterra con su esposa y sus hijas. Él mismo se encargó de las últimas formalidades en Chicago, mientras que su esposa Anna y sus cuatro hijas subieron al vapor francés “Ville du Havre”.

Hundido a la profundidad

Sábado, 22 de noviembre de 1873: Ese día pasó a la historia. Alrededor de las 2 de la madrugada, al noroeste de las Azores el barco chocó con el “Loch Earn”, un trinquete escocés con casco de hierro. En ese momento los dos barcos navegaban a máxima velocidad. La colisión casi partió al “Ville du Havre” por la mitad. Se hundía rápidamente. El pánico estalló y la lucha por los chalecos salvavidas y los lugares en los botes salvavidas condujo a escenas espantosas. No quedaba mucho tiempo: solo doce minutos después de la colisión, el otrora magnífico “Ville du Havre” se había hundido y con él 111 miembros de la tripulación y 115 pasajeros.

Salvada sola

Anna Spafford fue una de las pocas que sobrevivió; no pudo salvar a sus hijas. Su último recuerdo, dijo más tarde, fue el de su pequeña hija Tanetta siendo arrancada de sus brazos por la fuerza del agua. Ella misma fue rescatada por un marinero y llevada a Cardiff, Gales. A su marido le envió el desgarrador telegrama: “Salvada sola”.

Cuando el propio Spafford navegó más tarde a Inglaterra en barco y pasó por el lugar del hundimiento, escribió las líneas que han consolado a muchos durante más de 100 años: “Si Dios con su paz en mi alma está, confiado en la lucha estaré. Entonces con gozo podré entonar, a su lado me agrada estar. Con Jesús, quiero estar, a su lado me agrada estar”.

En 1881, el matrimonio Spafford se mudó a Jerusalén con su hija Bertha, nacida más tarde. Allí formaron un grupo conocido como la “Colonia Americana” en Jerusalén. El 16 de octubre de 1888 Horatio Gates Spafford murió de malaria en Jerusalén a la edad de 59 años.

Paz con Dios y con el hombre

Una vida agitada y conmovedora. Compromiso total con la vida, una fe firme en el trino Dios y paz interior. Se pueden hacer muchas buenas obras con esta mezcla.

Hoy en día, en el Día Internacional de Oración por la Paz, no se trata solo de intereses individuales, de aumentar las posesiones personales, del propio bienestar: Estos días de conmemoración son un excelente momento para la reflexión. Orar el uno por el otro, orar juntos, ¡solo es posible si hay interés en el otro! Una oración sin corazón no ayuda mucho. Para apreciarse mutuamente, para tomarse tiempo para el otro, para unirse en la oración en el mejor sentido de la palabra: Esa es la idea del Día de Oración.

No somos enemigos el uno del otro

Y especialmente ahora, en los terribles días del coronavirus, es importante que nos unamos, que nos ayudemos mutuamente, que pensemos el uno en el otro. La ONU dice: “Este año, ha sido más claro que nunca que no somos enemigos el uno del otro. Más bien, nuestro enemigo común es un virus que amenaza nuestra salud, seguridad y estilo de vida. El COVID-19 ha llevado a nuestro mundo a la agitación y nos ha recordado por la fuerza que lo que sucede en una parte del planeta puede afectar a las personas en todas partes”.

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Foto: brain2hands – stock.adobe.com

septiembre 21, 2020

Autor: Peter Johanning

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