Color del sitio web:

church.today world.today

Fotografiar en el Servicio Divino, un servicio en sí mismo

octubre 11, 2017

Autor: Oliver Rütten

Imprimir
Escúchalo

¿Fotografiando por separado cada flor del adorno del altar con objetivo macro y flash circular dos minutos antes de comenzar el Servicio Divino? ¿Escondiendo cuatro flashes inalámbricos en el adorno floral para una mejor iluminación? Lo que se puede y lo que no se puede…

¿Con qué hago que se disgusten conmigo mientras tomo fotos en el Servicio Divino? ¿Con qué molesto a los hermanos y hermanas alterando el recogimiento y la santificación? O: ¿Cómo logro que todos en cierta medida estén satisfechos y obtenga buenas fotos que complementen el informe escrito?

Santificación y recogimiento

«La comunidad se reúne en el Servicio Divino para oír la palabra de Dios y ser bendecida por el Sacramento. El hombre venera a Dios con respeto y humildad. Así, el Servicio Divino es el encuentro de Dios y el hombre. En el servir en el que los creyentes veneran a Dios y en la presencia perceptible del trino Dios, la comunidad experimenta que Dios los sirve con amor», así lo describe el Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica (Catecismo INA 12.1.1).

En este pasaje no se hace referencia alguna a un fotógrafo. Esto quizás explique el malestar que a veces se puede levantar cuando aparece ese cuerpo extraño llamado «persona con cámara». Pues para los participantes del Servicio Divino (y para los fotógrafos por lo general también) resulta importante, a diferencia de todos los demás sitios: este es el lugar en el que se manifiestan en forma muy especial la santificación y el recogimiento.

Los sonidos de un clic de una cámara réflex analógica están tan fuera de lugar como un fotógrafo andando sigilosamente por los pasillos en el momento inapropiado. Cuando no se le presta la debida atención a las leyes no escritas, rápidamente produce incomodidad en la percepción personal.

¿Demasiado innovador?

  • Retratar a los hermanos y hermanas durante la oración… pues por fin están parados por unos pocos momentos sin moverse.
  • Mostrarle durante el Servicio Divino al vecino de asiento las mejores instantáneas mediante la función de previsualización de la cámara.
  • Gritar «¡a un costado!» y hacerse lugar a viva voz para tomar una foto de la despedida, después de haber charlado 15 minutos con un viejo amigo.
  • Después del tercer fracaso todavía estar convencido de que una pequeña cámara compacta es totalmente suficiente para fotografías en grandes salones y que todo lo demás sólo representa el delirio técnológico y comercial de algunos fanáticos.
  • Correr detrás del segundo fotógrafo y tratar de fotografiar después de él en lo posible todas sus fotos. En el taller de fotos dijeron recientemente que era bueno aprender de otros fotógrafos.
  • Empolvar rápidamente al siervo oficiante durante el canto del coro para que su frente transpirada no produzca tanto reflejo.
  • Hacer cargar las baterías vacías durante el Servicio Divino en el equipo audiovisual. Aquí hay electricidad gratuita y el Diácono, de todos modos, no tiene nada que hacer.
  • Publicar las fotos incluso cuando las personas fotografiadas expresamente dijeron que «¡no!». Finalmente son hermanos en la fe y ellos seguro que no opinan así.

¿Exagerado? ¿No real? ¡En absoluto! Todo esto, efectivamente, sucedió alguna vez y en algún lugar.

«¡… sólo saca muchas fotos buenas!»

Es un verdadero malabarismo lo que tiene que lograr el fotógrafo: regular la distancia focal, el diafragma, el tiempo de exposición, el valor ISO para cada una de las fotos en forma confiable y correcta y, además, estar en el momento adecuado en el lugar adecuado; no olvidar ser todo lo invisible posible, todo lo silencioso posible y si una vez aparece por una fracción de segundo, que de ninguna manera se interponga en la imagen de la videocámara.

La era medial necesita imágenes, también imágenes de Servicios Divinos, reuniones de recogimiento, conciertos. Miles de sitios web de la Iglesia Nueva Apostólica viven de textos de gran valor informativo y de imágenes fabulosas. Forma parte de las relaciones públicas, de la misión cristiana, el acercarle al prójimo algo de la fe vivida, de las celebraciones de la fe de los cristianos nuevoapostólicos.

¿Qué es lo que ayuda?

Hablar a su debido tiempo con el siervo oficiante, con el servicio de la ordenación y con la redacción sobre el volumen de las fotografías que se necesitan. Esto hace más concreto el trabajo que se debe realizar y evita los malentendidos. En lo posible fotografiar cuando hay algún sonido de fondo (durante el canto del coro es mejor que en las breves pausas de la música o durante el prédica es mejor que en las breves pausas de la alocución). Si se lo tuviese disponible, usar el modo silencioso y evitar los sonidos del disparador regulando correctamente la cámara. Desactivar los ‘sonidos de pip’; cuando el foco está logrado, la cámara lo muestra también en el visor. No fotografiar durante la oración en conjunto y la oración personal. Planear recorridos cortos y no pasearse de un lado al otro innecesariamente.

En las conversaciones oportunas con otros fotógrafos se podrán encontrar más consejos. Un feedback del siervo oficiante, sea solicitado o no, también puede ayudar.

Y un no a: para una mejor iluminación del recinto del altar, por favor de ninguna manera esconder cuatro flashes inalámbricos en el adorno del altar. Y un objetivo macro tampoco es necesario que forme parte del equipo básico de un fotógrafo en los Servicios Divinos.

octubre 11, 2017

Autor: Oliver Rütten

Imprimir