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Gedeón 2.0: luchar con las armas de Dios

septiembre 21, 2017

Autor: Andreas Rother

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¿Cuántas personas se necesitan para limpiar una ciudad de más de un millón de habitantes? Muy claro: «millones», responden los niños. Pero un guerrero sin espada muestra que también va de otra manera. –Un Servicio Divino para niños con el Apóstol Mayor.

«No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal». Bajo este texto bíblico de Romanos 12:21 estuvo el 14 de julio de 2017 un doble estreno: miles de niños vivieron por primera vez un Servicio Divino con el Director de la Iglesia. Y Jean-Luc Schneider condujo su primer Servicio Divino para niños como Apóstol Mayor.

Unos 4.000 niños están reunidos en la iglesia central de Kawama en Lubumbashi (República Democrática del Congo). Más de 14.000 más encontraron lugar debajo de las carpas que habían sido armadas alrededor de la iglesia. Y otros 36.000 pequeños oyentes más están sentados frente a los televisores en otras iglesias centrales de la región.

Con Dios lograr lo imposible

Y todos primero se asombran por lo que hace el Apóstol Mayor. Okay, él primero equipa a algunos niños, en representación de los demás, con utensilios de limpieza. Pero luego comienza a reducir el grupo de limpieza. La ciudad de Lubumbashi, con 1,6 millones de habitantes, debe ser limpiada ahora solamente por los 4.000 niños de la iglesia. Bien, los del coro alto se pueden quedar sentados. Y de los demás sólo deben colaborar los que realmente quieran.

«¿Creéis que así podemos hacer el trabajo? No, es imposible», dice el Apóstol Mayor Schneider. «Bien, hoy nos vamos a enterar de cómo el amado Dios le pidió a un hombre hacer algo completamente imposible y cómo este hombre lo logró simplemente obedeciendo a Dios».

Con Gedeón vencer una fuerza superior

Y este hombre se llamaba Gedeón: para proteger al pueblo de Israel contra los saqueadores medianitas, puede reunir más de 30.000 combatientes. A pesar de que el poder bélico del enemigo todavía sigue siendo cuatro veces superior, Dios quiere ver el ejército de Israel más pequeño. Al final queda una tropa de 300 hombres contra 135.000 enemigos. «Algo extraño, que divertido es el amado Dios», sonríe el Director de la Iglesia.

«¡Y esto no es todo!». El pequeño puñado de luchadores ni siquiera recibe armas en sus manos, sino solamente trompetas y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de ellos. Pero con esto los 300 hacen exactamente lo que Dios les dice: quiebran los cántaros, hacen brillar las teas y tocan las trompetas. Por el susto, los enemigos huyen e incluso se pelean entre ellos.

Vencer el mal con el bien

«Ahora vengo a nosotros. Dios también nos dio una batalla que debemos pelear: vencer el mal». ¿Y qué es el mal? «Es todo lo que nos separa de Dios y que hace sufrir a los hombres». ¿Y cómo se puede luchar en contra de ello? ¿Curando a personas enfermas y castigando a las personas malas? No, ese poder no nos dio Dios, dijo el Apóstol Mayor, pero en su lugar nos dio otras tres armas:

  • la oración: «Le pedimos al amado Dios: ‘Dame las fuerzas para hacer el bien, dame las fuerzas para obedecer a tus mandamientos, ayuda a mi prójimo que está sufriendo'».
  • la obediencia: «Incluso cuando mis amigos no guardan los mandamientos, yo sí los guardo. También si todos mienten, yo digo la verdad. También si todos son malos, yo me porto bien. También si todos roban, yo sigo siendo honesto».
  • el amor: «Amemos a nuestro prójimo consolando a aquellos que sufren y compartiendo con los demás».

«Esta es nuestra gran batalla contra el mal: cada uno de nosotros pelea en su lugar, y el mal se irá haciendo menos a nuestro alrededor», dice el Apóstol Mayor Schneider para terminar. «Así mostramos a la gente lo que quiere hacer Jesús. Y en el retorno de Jesús, Él definitivamente liberará del mal. ¿Os gusta este plan?».

septiembre 21, 2017

Autor: Andreas Rother

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