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Grandes ríos necesitan de pequeñas aguas

agosto 18, 2018

Author: Peter Johanning

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Mañana es el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, como cada año el 19 de agosto. El 1º mundo dona dinero y alimentos para el 3º mundo. Así lo ven muchas personas, ¡un pensamiento horrendo!

Primer mundo – segundo mundo – tercer mundo: ¿Quién lo clasifica así? El hombre. Y el hombre se puede equivocar. ¡El que no quiere aprender nada de las personas en un supuesto 3º mundo, no se perdió nada en el tan elogiado 1º mundo! Humanidad significa practicar el humanitarismo, prestar asistencia interpersonal, mostrar empatía por las necesidades del otro. Humanidad es lo contrario de estrechez de miras o de arrogancia o de ceder con indiferencia las migajas de la mesa de los ricos. El verdadero humanitarismo proviene el núcleo interno del hombre y no es un impuesto «sentirse más que los demás». Este engreimiento conduce a la desconsideración y es denunciado nada menos que por Jesucristo. Él habló con vehemencia en contra de los supuestos ricos y superiores, se declaró opositor al paradigma de las castas. Existen numerosos ejemplos en la Sagrada Escritura, como ser su parábola del fariseo enamorado de sí mismo: «Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador». El comentario de Jesús: «Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido» (Lucas 18:9-14).

O la parábola del rico insensato: «La heredad de un hombre rico había producido mucho». Estaba orgulloso de sí mismo y de su trabajo, recogió todos sus bienes y quería progresar cada vez más. Pero al final fue tildado de necio, pues «así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios» (Lucas 12:16-21).

Un día de acción a favor de un mayor humanitarismo

El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es, según datos de las Naciones Unidas, un día de acción. Procura enfocarse en personas con necesidades humanitarias. Una de sus reglas fundamentales es la imparcialidad y la neutralidad. No se resuelven los conflictos, se mitiga el sufrimiento, sin acepción de la persona, sólo orientándose al ser humano. La OCHA (siglas en inglés de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios) estima que mientras tanto ya son más de 60 millones de personas las que necesitan ayuda humanitaria. Alimentos, carpas, vestimenta, todo debe ser llevado a lugares en su mayoría peligrosos y luego ser distribuido. Numerosos ayudantes humanitarios realizan esta tarea arriesgando no pocas veces su vida. Por eso, el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria también es un día para ellos.

Muchas buenas acciones

La devisa es: El 19 de agosto cada uno puede hacer algo bueno por otra persona; todas esas buenas acciones se pondrán en Internet y se las difundirá. Y en seguida dan algunas ideas simples pero buenas: ayudar a personas enfermas, visitar a pacientes en los hospitales, ayudar a personas sin techo, visitar a personas mayores y muchas más.

Propongámonos ser humanos y luego practiquémoslo, cada uno en su mundo. Como dijo Albert Schweizer: “Los grandes ríos necesitan de las pequeñas aguas”.

Foto: ©staffprod96 – stock.adobe.com

agosto 18, 2018

Author: Peter Johanning

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