Hace veinte años partió demasiado pronto a la patria celestial
El Apóstol Albert Mendy falleció pocos días antes de cumplir 44 años. Fue hace exactamente 20 años. Es tiempo de mirar hacia atrás y rendir homenaje al Apóstol.
Es el 7 de noviembre de 2002 y dentro de ocho días el Apóstol Albert Mendy celebrará su 44º cumpleaños. Está sentado en el auto con el Apóstol de Distrito Hagen Wend y el Apóstol Heinz Kreuzberger de Alemania, así como el Obispo Clément Haeck, responsable de Luxemburgo y Bélgica, en camino a un Servicio Divino en Malí. Durante el viaje pastoral, los portadores de ministerio celebraron de dos a tres Servicios Divinos diarios. De repente, el auto en el que iban los cuatro se salió del camino y dio dos vuelcos. El Apóstol Albert Mendy no sobrevivió por sus graves heridas en la cabeza. El Apóstol de Distrito Hagen Wend padeció heridas moderadas, los otros dos solo sufrieron heridas leves.
El Apóstol de Distrito fue trasladado a un hospital de Bamako, la capital de Malí. El Apóstol Heinz Kreuzberger, que solo resultó levemente herido, tuvo la difícil tarea de dirigir el Servicio Divino de duelo para su colega. Con el hombro vendado, celebró ese Servicio Divino, cuyo texto bíblico sigue recordando hoy, 20 años después: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”. El Apóstol Kreuzberger no solo había perdido a un colega, sino también a un buen amigo.
Su patria en Senegal
Albert Mendy nació el 15 de noviembre en el suroeste de Senegal, en Samick, cerca de la ciudad de Ziguinchor(Senegal). Sus abuelos habían emigrado allí desde Guinea-Bissau tras la Segunda Guerra Mundial. Albert Mendy creció en la fe católica junto a cinco hermanos.
Encontró una patria en la fe
Después de terminar la escuela secundaria, Albert Mendy quería seguir estudiando, pero después de un año de espera, no le fue posible hacerlo en Ziguinchor. Por ello, se trasladó a Dakar, la capital de Senegal, en 1980. Allí asistió a una escuela de profesiones técnicas y a clases nocturnas para convertirse en tenedor de libros. Durante ese tiempo conoció la Iglesia Nueva Apostólica. Pronto se lo podía encontrar en la iglesia todas las tardes, si no era en el Servicio Divino, estaba en el ensayo de coro. Después de su Santo Sellamiento el 7 de marzo de 1983 por el Apóstol de Distrito Gottfried Rockenfelder, le gustaba acompañar a los portadores de ministerio cuando hablaban de su fe a otras personas. El 7 de septiembre de 1983 recibió él mismo su primer ministerio, el de Subdiácono. Siendo muy joven fue enviado a su tierra natal en la región de Casamance para edificar allí la Iglesia. Lo hizo con alegría a partir de 1984, también como Pastor, a pesar de que Albert Mendy tenía una pierna rígida como consecuencia de la poliomielitis. “Esto no le impidió viajar por todo el país para trabajar para la Iglesia”, informa el Apóstol en descanso Heinz Kreuzberger.
Años fatídicos
El año 1985 trajo consigo algunos cambios en su vida: el 28 de julio Albert Mendy fue enviado al país vecino de Malí como Evangelista de Comunidad y el 15 de agosto se casó con Jaqueline Diarra, a quien había conocido por la Iglesia.
El año 1988 fue fatídico en su vida: Albert Mendy, que entretanto había sido ordenado como Anciano de Distrito, perdió a su hijo menor, que solo tenía dos meses. En su biografía, el futuro Apóstol escribió: “Nuestro Padre celestial también me dio la fuerza para celebrar el Servicio Divino de duelo de mi propio hijo”.
Y más adelante, su esposa y sus dos hijos aún vivos necesitaron esa fuerza de lo alto cuando su esposo y padre murió sin haber cumplido aún los 44 años. En un Servicio Divino festivo celebrado el 11 de junio de 1989 con el Apóstol Mayor Richard Fehr en Friburgo, al que habían sido invitados todos los siervos de distrito del área de actividad de Hagen Wend, Albert Mendy había recibido el ministerio de Apóstol, que llevó con dignidad hasta que fue arrebatado de la vida demasiado pronto el 7 de noviembre de 2002. El Apóstol Mayor Richard Fehr escribió sobre su colaborador: “El Apóstol Mendy pastoreó el gran rebaño de Dios que le fue confiado como un verdadero pastor. Con profunda humildad de corazón y gran amor, promovió celosamente la causa del Señor y fortaleció a los hermanos con su ejemplo”.